BUENOS AIRES (Télam).- La Justicia determinó que las malas condiciones laborales provocaron en un trabajador hipoacusia y una dolencia pulmonar, pero disminuyó el monto del resarcimiento que le correspondía porque el enfermo fue fumador durante 15 años.

No obstante, la Sala Primera de la Cámara del Trabajo valuó en 84.000 pesos el resarcimiento que deberá cobrar el ex empleado de una fábrica de ladrillos, quien desempeñaba sus tareas respirando metales pesados y polvillo, sometido a ruidos superiores al límite admitido por la ley.

"La pericia médica revela que (el trabajador) padece una seria afección respiratoria: carcinoma epidermoide de pulmón. Según explica el experto, para el desarrollo de esta patología es necesaria la conjunción de dos factores: labilidad individual, y exposición de los bronquios y pulmones a sustancias cancerígenas", reseñó en su voto el camarista Julio Vilela.

"El humo del tabaco es el cancerígeno inhalado más importante, y el empleado fue fumador desde los 20 hasta los 35 años... además estuvo expuesto al polvo de ladrillo y aserrín, por lo cual existiría una relación concausal entre el carcinoma de pulmón y las tareas desarrolladas en su trabajo", agregó.

En cuanto a la hipoacusia, el fallo siguió la opinión de los peritos, quienes indicaron que fue "inducida por ruido, susceptible de ser vinculada con el trabajo en caso de que el nivel sonoro en el ambiente de trabajo fuera superior a 90 decibeles". En el fallo firmado por Vilela y su colega Graciela González, los testigos coincidieron en que "tenían que ingresar al horno encendido, para cargar y descargar ladrillos, no les daban máscaras de protección".