Habrá que aguzar los sentidos especialmente esta semana, porque la presión puede ser insoportable. La tensión está puesta en saber si el oficialismo es capaz de cruzar el umbral de las palabras ("¡tengan coraje!, ¡pónganla!") y pasar a la acción con conminaciones personales y a gobernadores, o algún tipo de ofrecimientos (como el de un cargo a un senador misionero). Todo para intentar convencer a los legisladores kirchneristas rebeldes a votar las retenciones móviles como las quiere Néstor Kirchner: sin modificar una coma.
Ya no habrá amplia tribuna de debate. Diputados de las comisiones de Agricultura y de Presupuesto comenzarán hoy, sin público, la discusión de la polémica resolución 125. El oficialismo pretende que esta semana las comisiones de Agricultura y de Presupuesto aprueben el dictamen entre el martes y el miércoles, para luego dar lugar el jueves al tratamiento del polémico proyecto en el recinto. No será nada fácil.
Desde la oposición, se asegura que se rechazará el proyecto de retenciones. El oficialismo -preocupado porque sabe que los votos de los propios se le escurren en Diputados y Senadores ante el hostigamiento de ciega subordinación- niega una fractura interna.
El kirchnerismo sabe que son más de 40 los diputados críticos: una treintena pertenecen al peronismo y 12 son radicales de la Concertación. El ex gobernador Felipe Solá lidera la cruzada contra el proyecto oficial y prepara uno alternativo, que plantea una fuerte caída en el nivel de las retenciones a la soja.
Kirchner sigue inflexible. Pero Alberto Cantero, titular de Agricultura en Diputados, dijo ayer al diario Clarín que preparan cambios: "Los pequeños y medianos productores quedarán por fuera del nivel actual de retenciones. Pero los grandes productores definitivamente pagarán mucho más con este nivel de retenciones", dijo.
No se descarta que una iniciativa así empeore el clima en un sector del campo. Los rurales se han mostrado conciliadores en los últimos días y aceptan acortar distancias entre el reclamo del gobierno y el propio. Pero también un proyecto como el descripto por Cantero podría distanciar a más legisladores tradicionalmente afines del matrimonio Kirchner.
En tanto, los grupos más intransigentes de los ruralistas amenazan con volver a las medidas de fuerza en las rutas si la Cámara baja y el Senado no atienden su exigencia de derogar el sistema y le dan fuerza de ley tal como está.
También en el Senado
No sólo en Diputados el kirchnerismo tiene problemas. De acuerdo con información volcada en su columna de "La Nación" por Joaquín Morales Solá, "la distancia con Cobos agrava aún más la situación del Gobierno en el Senado: tampoco ahí están cerrando los números necesarios para aprobar las retenciones". Puntualiza que "santafecinos, entrerrianos, mendocinos, pampeanos y rionegrinos del peronismo o del radicalismo K, entre otros, han tomado distancia del proyecto oficial. Y añade que recientes encuestas telefónicas de imagen registraron un fuerte crecimiento de los rebeldes (Cobos, Solá, Reutemann, Schiaretti) y una pronunciada caída de los disciplinados (Scioli y Capitanich)".
Frente a ello, habrá que ver hasta qué punto surtirán efecto conminaciones a disciplinas, en legisladores K que -por un lado- expresan hastío por las humillaciones y -por otro- deben rendir cuenta de sus votos a los pobladores que les dieron la banca, especialmente los que pertenecen a las provincias agropecuarias.
Los descarnados relatos de intendentes de pueblos y ciudades del interior afectadas por el conflicto del agro que se hicieron oír días atrás en el Salón Azul del Congreso, motivaron a los diputados justicialistas de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires a salir en masa a explicarle la situación a Agustín Rossi, el jefe de la bancada del Frente para la Victoria, quien ya sabía que los números no le daban para ser intransigente. Los intendentes de Santa Fe ya le habían contado cómo eran las cosas en su provincia. El problema para Rossi fue comunicarle al ex presidente que había 40 rebeldes.
Un trabajo de investigación realizado por Rodrigo Mallea, investigador del Centro de Estudios Nueva Mayoría, hizo notar la semana pasada que -ante una votación de un proyecto sin modificaciones sustanciales- el oficialismo no lograría reunir los 37 votos necesarios para aprobarlo prescindiendo de la oposición. Especificaba que el voto en los distritos más conflictivos (Tucumán, Salta, Entre Ríos, La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe, Chaco y Córdoba) presenta una posición más favorable al agro que a la del Ejecutivo, con 17 para el primero y 7 para el segundo.
Ayer, Cantero declaró que "hay coincidencias" entre los bloques que mañana a las 17 iniciarán el debate. "Hay acuerdo para que los grupos más concentrados del sector aporten los recursos para que el país pueda funcionar".
No obstante, advirtió que "si no hay acuerdo político para un sólo dictamen, habrá más de uno, pero espero que sea esta semana".
Quedó atrás una intensa semana que incluyó el espectáculo de carpas dominantemente kirchneristas y una del campo para ejercer una insólita presión del poder Ejecutivo al Legislativo.
A todo esto, la presidenta de la Nación casi no ha tenido protagonismo, salvo algunas referencias ideológicas en sus discursos, a favor de la distribución del ingreso.
(Redacción Central y agencias)