Domingo 29 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 36 > Sociedad
"Los chicos quieren sentir algo bueno"
"Lugar del amigo que ayuda": es el significado del nombre de esta ong neuquina que lucha para que "la ilusión" no desaparezca de la vida de cientos de chicos de los barrios.

Corría el 2002 y el pedido de "mano dura" una vez se hacía fuerte de buena parte de la población neuquina como primera y única reacción ante la ola de robos cometidos por jóvenes en la capital provincial... Jóvenes que no eran más que adolescentes en unos casos apenas niños en otros. Era octubre, entonces, vecinos y comerciantes del Barrio Belgrano salieron a la calle a pedir por más policías. Fotos y títulos fuertes en los diarios, más las luces de las cámara de tv amplificaban aún más la sensación de inseguridad que calaba en todo más que nunca.

Después del espasmo de participación social quedó "la nada", hasta la próxima "explosión".

"A partir de ese momento un grupo de jóvenes, estudiantes universitarios y técnicos de distintas disciplinas nos sentamos a diseñar "El Proyecto". Buscábamos algo que nos hiciera sentir que estábamos luchando para todos, mirando esencialmente de pie al futuro", recuerda hoy María Angélica Parra, alma mater de la ong Ingkahue.

"Al principio éramos cuatro, los suficientes para propagar la idea de trabajar voluntariamente para una franja etárea de la población y creamos un espacio alternativo para los chicos", agrega.

Así surgió el "gabinete integral de ayuda al adolescente"... y la idea tomó forma... "Nos juntábamos en un saloncito que nos facilitó una vecina, en la calle Libertad, del antiguo barrio Belgrano. Allí tejimos nuestras primeras ilusiones, hilamos prolijamente cada idea, cada sentimiento y aquellos recuerdos adolescentes, para lograr esa trama que proporcione el abrigo que los proteja de la fría indiferencia social. Eso sí, siempre con el sueño grande... ese de una sociedad mas justa, mas equilibrada y por sobre todas las cosas comprometida con su prójimo", reconoce María Angélica.

El primer año atendieron 78 chicos, número que fue creciendo cada año por que los beneficiarios ya no eran solo de Belgrano sino también de los alrededores -como Confluencia, Villa María, Mariano Moreno, Gran Neuquén y San Lorenzo-. En el 2007 se atendieron a unas 282 personas.

Esta organización civil sin fines de lucro pretende "hacer una política preventiva desde un trabajo de fondo, tomando como eje la variable causal, de la deserción escolar y como consecuencia de ésta, diferentes problemas sociales. Este trabajo es concretado por estudiantes de distintas disciplinas que ponen a disposición de la comunidad los conocimientos adquiridos".

La deserción escolar es un problema que va creciendo con mayor preocupación en los últimos años, reconocen con preocupación de esta ong. "Esta se produce fundamentalmente de 6º grado en las escuelas primarias y hasta 3º año en las escuelas secundarias".

En este contexto, el adolescente aparece como un ser susceptible y vulnerable dominado por muy fuertes sentimientos, dentro de los cuales no se gobierna bien y no acierta a orientarse.

"Es aquí cuando los adolescentes consumen drogas o circulan a gran velocidad, hablan de "llenar un vacío", de "sentir algo", si no sobreviene el tan temido aburrimiento. Vacío por ausencia de ideales, en un mundo de normas poco claras, donde "todo vale", donde la ley del menor esfuerzo es la que vale, donde a veces aparece la exigencia de "ser exitoso" pero medido en dinero. "Estudiá", aunque no se sepa para qué, "trabajá" aunque no vas a ganar para mantenerte. Expresiones que nos hacen pensar que hay una pérdida de sentido", sostiene María Angélica.

"Ante un presente que para amplias franjas de la sociedad es sinónimo de precariedad material y futuro incierto, los adolescentes procuran reafirmar su identidad. El trabajo remite a la identidad, a la idea de decencia. En estas épocas donde el Estado y la industria dejaron de ser los proveedores de empleo, la sociedad no dejó de abandonar esa ilusión. Sin embargo la ilusión está completa de llagas. Las llagas de las desigualdades sociales y económicas, la falta de oportunidades y expectativas a futuro", apunta la líder de Ingkahue.

"A esto se suma el defasaje entre las normas de comportamientos sociales adquiridos y la realidad, generando en jóvenes y adultos, mayor inseguridad y frustración. Por lo tanto, no es difícil percibir que los conflictos entre adolescentes, que se ponen de manifiesto en las instituciones educativas, están generados por los modelos de convivencia", expresa a "Río Negro".

Piensan estos militantes sociales: "La escuela, parece ser el ámbito más apropiado para la búsqueda de soluciones. Sin embargo, se sabe que no llegarán a producirse en el corto plazo. Considerando que el adolescente se encuentra en un proceso de profundas transformaciones vemos necesaria la incorporación de este espacio en la estructura comunitaria para que los adolescentes puedan convertirlo en un espacio confiable donde se pueden debatir de verdad los temas que importan, proponiendo reflexionar sobre sí en un tipo de actividad que necesariamente los ubica en un nivel de compromiso distinto, y en el cual se le aportará conocimiento académico basado en los programas escolares y contención y estímulo a quienes hallan dejado de asistir a la escuela".

El presente proyecto está basado en dos ideas fuerzas planteadas por la UNICEF en la Convención sobre los Derechos del Niño y el Adolescente.

En primer lugar, la consideración del niño, la niña y el adolescente como sujetos plenos de derechos, merecedores de respeto, dignidad y libertad, abandonando, con este enfoque, el concepto de niño como objeto pasivo de intervención por parte de la familia, el Estado y la sociedad.

Y en segundo lugar no olvidarse jamás que los niños son personas con necesidad de cuidados especiales, lo que supone que, por su condición particular de desarrollo, además de todos los derechos que disfrutan los adultos, "los niños tienen derechos especiales".

"Las alternativas que se les brinda desde el Estado son escasas o nulas. Es por ello que, como parte integrante de la sociedad, nos pusimos a trabajar con todo nuestro corazón", resaltan con orgullo, pasión y emoción. "Y acá estamos, y acá nos encuentran.. Con esta utopía".

Las fichas también las ponen en la apuesta por los padres de los chicos que concurren a Ingkahue. Por ello, desde el 2006 participan del programa Banco Popular de la Buena Fe, dependiente del ministerio de Desarrollo Social de la Nación para motorizar miniemprendimientos. "El trabajo da identidad y dignifica", enfatizan desde esta ong. "Por ello no debe faltar nunca".

 

CONTACTO:

ingkahue@hotmail.com

 

HORACIO LARA

hlara@rionegro.com.ar

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