El profundo silencio que se apoderó del estadio Olímpico de Córdoba en el último minuto de juego, sintetiza el sorpresivo e inesperado triunfo que logró Italia sobre Los Pumas 13-12.

En la agonía del partido, Leonardo Ghiraldini ¿apoyó? tras el ingoal local en medio de una confusa jugada, convalidada por polémico árbitro australiano Matt Goddart, para que Italia quedara a las puertas de un triunfo histórico. Andrea Marcato anotó la conversión y entonces sí, la "azzurra" concretaba la hazaña.

De esta manera poco feliz, Los Pumas cerraron el primer semestre para un equipo que está viviendo un recambio, tanto de entrenadores como de jugadores, y en estos tres encuentros (antes, victoria y caída ante Escocia) demostró que aún está lejos de parecerse al conjunto que finalizó tercero en el Mundial.

Hasta se puede llegar a decir que el triunfo italiano fue justo. Porque en el PT, pese a irse al descanso en desventaja por 12-3, la "azzurra" había manejado mejor la pelota, pero se había mostrado impreciso en los metros finales.

En esos 40 minutos iniciales, Los Pumas fueron efectivos y defendieron bien, más allá de que cometieron cantidad de infracciones (11), y lograron marcar una diferencia excesiva en el tanteador.

En esa parte inicial hubo un momento clave, cuando sobre los 19' JM Hernández salió lesionado (sufrió la fractura del metacarpiano derecho y tendría para dos meses), y el equipo que conduce Santiago Phelan quedó huérfano de conductor.

La parte final fue aburrida y sólo hubo dos jugadas de riesgo hasta el minuto final. Una fue sobre los 20, cuando tras un buen movimiento colectivo, Agulla se escapó hacia el ingoal pero cometió knock on. Después Bosh tuvo a todo a favor para liquidarlo, pero erró un penal bajo los postes.

El arranque de la era Phelan no fue para nada bueno, ni en el juego ni en los resultados. Deberá enderezar el rumbo, la historia Puma lo reclama.