SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La regulación provisoria que impide emplazar construcciones por encima de los 900 metros sobre el nivel del mar quedará consolidada con una restricción definitiva, a juzgar por los primeros informes técnicos que encargó el Servicio Forestal Andino.
El organismo dio por hecho que la zona de mayor conflicto es la ladera norte del cerro Otto, donde ya existen numerosas viviendas sobre la cota 900 que provocaron fuerte impacto en el ambiente.
Antes de elaborar una regulación definitiva, el SFA solicitó un estudio para definir el ordenamiento territorial e identificar los "ambientes prioritarios de conservación" por sobre el límite crítico.
El trabajo está a cargo del CIEFAP, un instituto especializado interprovincial con sede en Chubut, que días atrás entregó un informe preliminar y tiene plazo hasta septiembre para presentar el dictamen final.
El delegado local del Servicio Forestal, Germán Fritz, descontó que la restricción a futuro será "igual o más severa" que la actual. Esto a pesar de la presión inmobiliaria en pos de esas tierras.
Fritz explicó que el criterio general será el de mantener las formaciones arbóreas por encima de la cota 900 como "bosque de protección". Reconoció que en el cerro Otto el principal problema son los loteos ya existentes aun más allá de ese límite. "La restricción, en última instancia, será una decisión política y el derecho de los propietarios es uno de los temas que el Estado deberá atender", señaló el funcionario. El estudio del CIEFAP (Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico)abarca el aspecto social, la flora, la geología y la cartografía del área en riesgo y se enfoca en determinar "los problemas ambientales derivados del crecimiento urbano excesivo".
Existen actualmente numerosos sitios con "asentamientos de población en zonas expuestas a deslizamientos de suelos, derrumbes, incendios e inundaciones", observan los técnicos. También subrayan el error de habilitar loteos sobre cota 900 "sin análisis de prefactibilidad ambiental, social y económica". Según el estudio, "la ladera Norte del cerro Otto alberga uno de los conflictos urbanísticos más delicados de la ciudad, donde el derecho de los propietarios de los loteos preexistentes colisiona con la preservación del medio ambiente y la seguridad de las vidas humanas y bienes".
Indica también que entre las consecuencias ambientales del proceso de urbanización debe considerarse que "los cambios de los drenajes naturales, los movimientos de suelos, el peso de las construcciones, la remoción de la vegetación natural y el aumento potencial de los incendios de interfase provocarían daños irreparables facilitando eventos catastróficos por desmoronamiento de suelos".
Advierte incluso sobre "los impactos ambientales a mediano plazo por efectos acumulativos o por una inadecuada planificación que pueden generar los emprendimientos turísticos ubicados sobre cota 900, como el Teleférico Cerro Otto, el complejo Piedras Blancas y Arelauquen country club". El estudio aclara que la línea de los 900 msnm en el Otto es tomada como el límite de la zona crítica porque a partir de allí "comienzan a disminuir los depósitos glaciares de las morenas laterales y se produce un aumento de la inclinación de la ladera", cubierta en consecuencia por "materiales heterogéneos y poco consolidados" que provocan "alta inestabilidad del suelo".