La economía comenzó a frenarse, con retracción de ventas en la industria y menor crecimiento en la construcción, en medio de la batalla por las polémicas retenciones a las exportaciones de soja y otros alimentos que se libra en el Congreso, tras la dura huelga de los agricultores.
"El año está perdido. Nuestro sector cerrará el 2008 con una caída del 50% en las ventas", dijo Ma
nuel Dorrego, director de la Cámara de Maquinaria Agrícola, una industria con fuerte arraigo en la región de la pampa húmeda, cuyas exportaciones agroindustriales suman 35.000 millones de dólares anuales, más del 50 por ciento de las ventas totales.
En tanto, la asociación que nuclea a los industriales de la provincia de Buenos Aires, estimó ayer que las ventas caerán un 20% este año.
La pelea por la millonaria renta sojera impactó en el pujante sector de la construcción, uno de los motores del crecimiento económico en el país, y esa actividad cayó en mayo 3,3% respecto a abril, según estimaciones del oficial instituto de estadísticas INDEC.
La rebelión agraria dejó su huella además en la balanza comercial del mes pasado, que registró una caída de las exportaciones de productos primarios y de manufacturas agropecuarias, de un 9% y 7% respectivamente, según el INDEC.
Pero la baja en el comercio exterior fue compensada con un mayor ingreso de divisas debido al alza de los precios internacionales de alimentos.
La Unión Industrial Argentina manifestó su preocupación por la valorización del peso ante el dólar de las últimas semanas, una tendencia iniciada durante la peor fase del conflicto cuando el Banco Central se lanzó a vender billetes verdes para evitar corridas y maniobras especulativas.
"La valorización del peso es algo peligroso para el país porque puede atentar contra el crecimiento y la competitividad internacional. El tipo de cambio fue el pilar más fuerte del crecimiento de Argentina en los últimos años", advirtió José de Mendiguren, vicepresidente de la entidad industrial. (DPA)