CIPOLLETTI (AC).- Luego de acordar con el primero de los propietarios de El 30, el municipio inició el proceso de negociación con el resto de los dueños de las tierras que conformarán el futuro Distrito Noreste y que están sujetas a expropiación.
Si bien todavía no hay una postura unánime en el sector, la mayoría cree que sus parcelas valen más que los $ 5 por metro cuadrado que, en principio, ofrece la comuna e intentarán reclamar un precio más cercano a los 8,90 que se le pagó a Juan Carlos Grispino.
Juan Benítez, vocero de los propietarios del sector, informó que el primer encuentro "de acercamiento" se realizó el lunes. Los dueños de las tierras que fueron declaradas de utilidad pública sujetas a expropiación se reunieron con el secretario de Gobierno municipal, Alfredo Muruaga y el asesor legal, Ricardo Apcarián.
"Fue la primera reunión formal para conocer cuál es la oferta y cómo vamos a lograr un acuerdo. Nos dijeron que nos mandarán una propuesta por escrito", explicó Benítez.
Reconoció que "si no se llega a un acuerdo por el precio", recurrirán a la justicia. "No queremos llegar a discutir esto legalmente porque es un problema que ya de por sí nos agobia mucho. Pero tampoco queremos que se nos perjudique. Si no nos ponemos de acuerdo vamos a ir a la justicia", aseguró.
Las aproximadamente 170 hectáreas donde se asentará el Distrito Noreste, fueron declaradas por la Legislatura rionegrina "de utilidad pública sujetas a expropiación" hace casi dos años. A partir de allí se inició un complejo proceso de negociación para que la comuna pudiera tomar posesión de las tierras para otorgárselas a familias de escasos recursos que conformaron cooperativas de viviendas.
Sólo hace algunas semanas se logró el primer acuerdo por una chacra de cerca de 12 hectáreas, a un valor de 8,90 pesos el metro cuadrado. El municipio había comenzado las negociaciones ofreciendo 3,20 pesos.
Además de tener que acordar con el resto de los propietarios, la comuna tiene que encarar las obras de infraestructura para habilitar el sector como zona urbana. No sólo eso, también, junto a los miembros de las cooperativas, buscar el financiamiento para construir las viviendas que es, en definitiva, el fin de un proceso que comenzó hace ya tres años con la conformación de las entidades intermedias.