Viernes 27 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 49 > Cultura y Espectaculos
El candombe vistió de carnaval al encuentro
Huracán Buceo llenó de alegría la Ciudad de las Artes. Doscientas almas bailaron al ritmo de los uruguayos.

Esta crónica exaltada da comienzo en los pasillos del IUPA. Aunque también en los intestinos de los que pasamos la velada allí escuchando atentos, como hipnotizados, al Taller de Percusión Huracán Buceo, de Uruguay.

La función concluyó con doscientas almas moviéndose, con más o menos talento pero igual emoción, al ritmo de toda esa maravillosa energía que son capaces de desplegar estos músicos uruguayos de amplio prestigio y extensa carrera.

De modo que en el pasillo, en el salón de entrada justo antes de ingresar a la sala y a unos cuantos metros del escenario, un sitio en donde los personajes y las personas se confunden, se cerró una jornada perfecta.

Es más, en un momento inexacto, un par de músicos locales tomaron ellos mismos lo tambores y se sumaron a las gentes que ya estaban bailando con una bella sonrisa en los labios.

¿Puede haber una expresión más sincera de arte en pleno uso de sus poderes? ¿Hay otra forma de libertad que podamos discutir cuando la música suena y las palabras sobran? ¿Queda margen para algo que no sea música en aquel instante frágil y a la vez poderoso en el que el sonido se dispara por el aire?

El Taller de Percusión Huracán Buceo sirvió en bandeja un espectáculo excepcional, tal cual ya lo había hecho en años anteriores.

Durante todo el proceso que nos llevó de las butacas a los pasillos, hubo música, por supuesto, e historia relatada con amable paciencia (su líder explicó, por ejemplo, el porqué de las llamativas vestimentas), bailes intensos, felicidades caídas del cielo y desde los subsuelos donde nacen estos ritmos marcados por el dolor y reconvertidos en poesía de esperanza.

No faltó el homenaje a la institución que los había invitado nuevamente a ser parte de este festival, a la gente que los aplaudía y vibraba con ellos, a la tierra que los recibió con los brazos abiertos.

Las dos horas de recital se hicieron cinco minutos porque el tiempo es como es: elástico, caprichoso, muchas veces tirano.

Cuando el espectáculo parecía listo para el gran final, los integrantes del taller le dieron a su audiencia un último regalo. Se salieron del libreto. Tomaron los aposentos. Levantaron los emblemas. Se fugaron de las precisiones.

Uno por uno fueron tomando sus tambores al tiempo que se calzaron sus sombreros de paja negros y sus llamativos chalecos sin mangas. Luego hicieron suyo el camino.

Así es como volvemos al principio de esta historia: con el Taller de Percusión Huracán Buceo tocando a un ritmo feroz la última de sus piezas y los chicos bailando a centímetros de ellos. Las ganas de continuar en éxtasis se multiplicaron. Habrá más en las próximas horas, más música y momentos de aprendizaje.

Frente a la nostalgia de lo vivido, nos queda ese consuelo.

 

CLAUDIO ANDRADE

candrade@rionegro.com.ar  

 

HOY

Masterclass

12: Brett Dietz.

16.30: Víctor Mendoza.

19.30: Maraca 2 .

Conciertos

15: Ruud Wiener.

18: Jim Jacobson, Ángel Frette, Quinteto de Vientos de la FCP y Ensamble de Percusión de la FCP

22: Concierto: Teasley, Wiener, Wooton, Dietz, Frette, Navarrete, Tunkul, Hernández Soto y otros.

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