El debate por la posibilidad de cambiar la cara por otra de una persona muerta está abierto. En la Argentina, ya hay cirujanos, médicos y psicólogos entrenados que pedirán autorización al Incucai para realizar dos trasplantes de cara.
Prevén que el éxito no se alcanzará fácilmente pues habría negativas para donar las caras de los fallecidos, informó el diario porteño Clarín en un informe que aquí se reproduce.
Existen países que se suman a la experimentación con el trasplante de cara para quemados. El martes se le dio luz verde a un cirujano en España para practicar el cuarto trasplante parcial de cara en el mundo.
El primero fue en Francia en noviembre de 2005. El segundo, en China. El tercero fue un trasplante que se hizo en enero pasado a un hombre de 30 años. Este joven tenía tumores que le habían desfigurado su cara y ahora espera encontrar al amor de su vida. La Argentina, entonces, podría estar cerca. "Ya recibimos el conocimiento y la experiencia de los cirujanos que trabajaron en los trasplantes de cara en Francia y en China, que hablaron en un simposio en Buenos Aires para informar todos los detalles de los procedimientos y los seguimientos que aún les hacen a los pacientes", dijo a Clarín Fortunato Benaim, quien es un pionero en el país en el tratamiento de quemaduras. Benaim empezó a trabajar en la posibilidad de realizar un trasplante de cara como un proyecto en colaboración entre su fundación, el Hospital Garrahan y el Hospital Alemán. En ese momento, ya se habían detectado a tres chicos que eran potenciales receptores de los trasplantes. Uno de ellos finalmente fue operado con cirugía tradicional. Hasta ahora, los pacientes con quemaduras importantes se tratan con autoinjertos o con técnicas colgajos.
