NUEVA YORK, (DPA) - ¿Quién no recuerda la instalación de los artistas Christo y Jeanne-Claude, cuyas telas tiñeron de color azafrán el Central Park neoyorquino en 2005? Ahora, la ambiciosa metrópolis se propone cosechar un éxito similar con otro gigantesco proyecto: el artista danés Olafur Eliasson ha instalado cuatro enormes cascadas artificiales en la ciudad, que podrán verse hasta el 13 de octubre. La nueva instalación simboliza la tensión entre el elemento vivo que es el agua y el desierto de hormigón de Manhattan.