SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Un nuevo golpe en un barrio residencial privado, como el ocurrido la pasada semana aquí, fue perpetrado otra vez con un jugoso botín, pero con la diferencia de que en esta ocasión, los malvivientes fueron detenidos por la policía, que recuperó buena parte de los bienes malhabidos. La acción de los agentes incluyó una intensa persecución por senderos de faldeos, cuando la tarde caía sobre los cerros que rodean a San Martín de los Andes.
El episodio tuvo lugar en un barrio cerrado y ubicado en un espectacular emplazamiento, conocido como "Estancia Miralejos", sobre las estribaciones del cordón Chapelco, al que se accede por un sinuoso camino que sigue por detrás de la barriada Covisal.
El complejo ocupa varias hectáreas rodeadas de bosques y consiste en viviendas individuales de alta calificación, con parquización y servicios. Buena parte de los propietarios no moran allí de manera permanente, ya que se trata de casas de segunda residencia.
Alrededor de las 19.30 del martes, personal de seguridad privada del complejo advirtió la presencia sospechosa de cuatro personas, que portaban bultos. De inmediato dieron la voz de alto y lograron demorar a uno de los sujetos. En cuestión de segundos se comunicaron con la comisaría 43 de barrio El Arenal, que tiene jurisdicción sobre esa zona, desde donde se envió una comisión de agentes y móviles.
En el lugar, los policías iniciaron una persecución a pie por los intrincados senderos de los faldeos, cuando la luz diurna había desaparecido. Así, lograron dar con uno de los hombres en fuga, que estaba extenuado y confundido en el laberinto de caminos.
Resultó ser un individuo conocido de la Policía y la Justicia de la Cuarta Circunscripción, con abundante prontuario. El otro sujeto, demorado por los guardias de seguridad, también tendría antecedentes. Los detenidos son vecinos de esta ciudad y la Policía ya está sobre la pista de los otros dos que lograron darse a la fuga.
El botín
Momentos antes, los cacos habían ingresado a una de las viviendas del complejo, de la que sustrajeron una gran cantidad de elementos valuados en alrededor de 30.000 pesos.
Entre otros bienes, llevaban en los bolsos prendas de vestir, incluyendo varias camperas "técnicas" para montaña, de alta calidad y valor comercial; aparatos electrónicos; artículos de pesca deportiva, incluyendo reeles y cañas importadas, y elementos de telefonía celular. El propietario de la casa asaltada es un residente de Buenos Aires, según trascendió.
Al parecer, los atracadores habían "hecho" esa vivienda, y fueron sorprendidos cuando se dirigían a hacer lo propio en otra residencia.