NEUQUÉN (ACE).- La desaparición del testigo Jorge Julio López marcó un "antes y un después" en los testigos de los juicios que se llevan a cabo en contra de los militares por su actuación durante la última dictadura.
Así lo aseguró el psicólogo Gabriel De Menech del Codesedh (Comité de defensa de la Salud, la ética profesional y los Derechos Humanos) que junto con las profesionales Silvia Arredondo y Mónica Molinari finalizaron ayer una jornada intensa de capacitación para profesionales neuquinos. La iniciativa se enmarcó en la asistencia que habrá en agosto a los testigos que declaren en la causa contra ocho militares por la desaparición de un joven neuquino y las torturas y detenciones ilegales de 16 personas que sobrevivieron al centro de detención clandestino "La Escuelita".
De Menech explicó que el Codesedh hace 25 años que se especializa en la contención integral de personas víctimas de la última dictadura, y que debido a la intervención que tuvieron con algunos testigos durante el juicio en contra de Miguel Etchecolatz, el juez Federal Carlos Rosanski estableció que se preparara un "dispositivo" de atención a los testigos - víctimas para el juicio en contra el capellán de la bonaerense, Cristian Van Wernich.
Rosanski solicitó un abordaje "que consistió en tomar contacto con la mayor cantidad de testigos, previo a su declaración". "La propuesta inicial era días o semanas antes; en algunos casos se pudo hacer porque desde el juzgado de primera instancia se habían detectado víctimas con alguna instancia de conmoción emocional, en otros casos se estableció que los testigos supieran con el mayor tiempo posible, de que había un dispositivo de contención para ellos", continuó.
Luego de la desaparición de López, la inquietud por la aparición con vida del testigo del caso Etchecolatz, fue un elemento constante, dijo el profesional. "La desaparición de Jorge Julio López marcó una diferencia sustancial en los testigos", dijo De Menech de acuerdo a su experiencia en ambos juicios. Detalló que en algunas situaciones, se abordaron aspectos de salud, comunitarios y familiares para que los declarantes llegaran al juicio en "condiciones óptimas para hacer la mejor declaración posible".
Como elemento objetivo sobre el resultado de la intervención, el psicólogo dijo que el juez Rosanski constató que mientras en las audiencias durante el juicio de Etchecolatz la atención médica por taquicardias o problemas de presión arterial fue necesaria en la mayoría de las jornadas por la descompensación de los testigos; durante el juicio de Von Wernich (que ya estaba montado el dispositivo profesional) no hubo necesidad de atención médica en los momentos de la declaración.
Destacó que el "dispositivo" abarcó una serie de tareas y elementos de reflexión personal, asistencia de salud, familiar y comunitaria "para que al momento de llegar a la declaración, se sienta acompañado y sea un acto de reparación y no de revictimización por el testigo en su subjetividad, en su entorno familiar, comunitario y por la sociedad en su conjunto".
Los profesionales acompañan a los testigos en "la previa" a la audiencia, cuando en un cuarto deben esperar la comparencia por horas hasta que el tribunal les llama a declarar.