SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- El único matadero que funciona en esta localidad, emplazado en tierras del Ejército, quedaría imposibilitado de continuar sus actividades debido a la exigencia municipal de frenar la licitación del servicio, para evitar que se sigan volcando efluentes al arroyo Calbuco, tributario del Lago Lácar a través del Pocahullo. La medida provocó malestar entre pequeños y medianos productores, que faenan sus animales en ese complejo.
Con todo, el municipio podría prorrogar la actual habilitación, si se asegura un tratamiento adecuado de los desechos.
Así lo confirmó a este diario la secretaria de Planificación y Desarrollo Sustentable del municipio, Sara Castañeda, quien al mismo tiempo admitió que usuarios del matadero pidieron rever la determinación.
En efecto y como se apuntó, fuentes empresarias ligadas al emprendimiento ubicado en el predio del Regimiento Cuatro, dijeron que los pequeños productores que utilizan el servicio del matadero se verían imposibilitados de llevar la hacienda para faena a Piedra del Águila, por caso, lo que a su vez podría derivar en un ejercicio no querido de desposte clandestino.
En tanto, para los medianos ruralistas implicaría un incremento de los costos por el traslado de la hacienda.
Pero Castañeda fue enfática en señalar que los últimos estudios revelan una "alta contaminación" por efluentes del matadero en el arroyo Calbuco, que deriva sus aguas en el arroyo Pocahullo, tributario del lago Lácar.
El Ejército ya había iniciado el proceso de licitación de la concesión de ese predio, ya que está a poco de concluir el actual contrato, lo que precisamente fue aprovechado por el municipio para solicitar la suspensión de la compulsa.
Una nota enviada al jefe de la división militar, teniente coronel Pablo Ruiz, con las firmas de Castañeda y la intendenta Luz Sapag, informa que "sabiendo del próximo vencimiento de la actual concesión, este municipio no habilitará en el futuro el matadero que funciona en terrenos de la guarnición bajo su mando".
El escrito enmarca la decisión en la "profunda revisión urbanística encarada por este municipio", y en el hecho de que "la actividad del matadero en esas tierras ya no condice con la dinámica de crecimiento de la ciudad ni con los objetivos de planificación a los que se aspira llegar".