El compositor, guitarrista y arreglador Guillo Espel, que participará del VI Festival Internacional de Percusión, volvió a la palestra discográfica con "Salir al ruedo", una excelente obra que el propio artista definió como "visceral, de latido y poco pensada"
En el CD conviven piezas propias y bellas versiones de clásicos del folclore argentino."Soy un poco melancólico pero tengo vitalidad", dijo el músico en un intento por definir su personalidad, ésa que inevitablemente marcó el pulso de este disco, en el que volcó sus conocimientos académicos para potenciar la belleza de varias canciones populares y crear un puñado de sensibles composiciones.
"Hay una actitud más desde el cuerpo que de la cabeza", expresó Espel para pensar en el espíritu de "Salir...", donde junto al cuarteto que completan el roquense y organizador de este festival, Oscar Albrieu Roca (vibráfono), Alejandro Gerschberg (bandoneón) y Alfredo Zuccarelli (chelo).
En una comunión peculiar lograda a partir de los arreglos y un cuidado trabajo armónico, el resultado tímbrico deslumbra en piezas propias como "Diariamente", "Fabi" y "Otra latitud", en la conocida "Zamba azul", de Armando Tejada Gómez, y en las dos únicas piezas cantadas: "Ñandú", creada e interpretada en voz por Nora Sarmoria, y la chacarera "Dos palabras", de Lilian Saba.
-¿Cómo nace la idea de armar "Salir al ruedo" y, como consecuencia, de ampliar el horizonte musical que te acerca más al folclore?
-Lo hice como una referencia al pedido de los chicos: yo estaba en una cosa muy camarística en ese momento y si bien me decían de mantener esa estructura, me pedían que tuviera una cosa más expansiva. En este disco me dejé llevar y me apoyé mucho en la producción de los músicos.
-¿Te molesta que te ubiquen en medio de la música de cámara y el folclore?
-Tengo una formación académica pero nunca me plantearía hacer una chacarera que suene académica, me parece algo ridículo. No me lo planteo así: diría que tocando hay un espíritu hasta de rocanrol, por una cuestión generacional.
-La complejidad y la simpleza se cruzan naturalmente en tu música...
-Entiendo que hay cosas que yo trabajo en cuanto al tipo de elaboración o de organización. Pero la intención nunca es que suene complejo ni que digan "que raro que soy". Escribo toda mi música entonces le doy mucho valor a la intuición: "Zamba azul", por ejemplo, la elegí después de escucharla en un festival del interior y volví pensando: quiero hacer un arreglo de este tema.
-Sos un artista muy prestigioso y a la vez no sos un personaje popular. ¿Te movés cómodo en ese lugar?
-Hace 10 años me preocupaba mucho, ahora no me desespero. Siempre hay una cuota de vanidad que uno tiene. Mi historia con la música me llevó a editar seis discos con mi agrupación La Posta, a Costa Rica, un lugar en el que jamás hubiera pensado tocar (y hoy es un punto de partida para mí). Tampoco imaginaba terminar escribiendo y producirle dos discos a Antonio Agri..
-En el exterior sos muy reconocido...
-Es algo que nunca busqué: mi música se toca más afuera que acá. Trabajo en 20 países por año y todo por casualidades. Editaron tres obras mías de percusión en Estados Unidos, entraron en dos festivales importantes y pasé a ser un compositor de moda de los percusionistas.
Luego de su presentación en el Festival de Percusión que comenzó anoche, Guillo Espel viajará a Brasil para presentarse el 6 de julio en el Santander Cultural de Porto Alegre, y luego ofrecer tres recitales en el Festival de Invierno de Río de Janeiro, que se extiende del 23 al 27 de julio. (Télam/AR)