| | | | | | Click para ampliar | | El Ensamble de Percusión de la Fundación Cultural Patagonia abrió el concierto de anoche. Norberto Rajneri inauguró ayer el festival junto a todos los músicos invitados. | | | ROCA (AR).- Ocurre cada año. Como si una parte de la ciudad pudiera transformarse de repente en una suerte de Babel, en la que pocos se entienden por idioma. Pero, obra del milagro del música, todos logran hablar de lo mismo: de ese extraño rito que los une, desde hace seis años, en un Festival Internacional de Percusión. Entre los músicos invitados hay mexicanos, norteamericanos, ingleses, argentinos, uruguayos y suizos. Y en el público, hay locales y extranjeros. Unos y otros convivirán hasta el domingo, en esa suerte clínica intensiva en la que lo único que se oye son los sonidos de los vibráfonos, de los timbales, los tambores, las marimbas y las baterías. El concierto de anoche fue un ejemplo de esa convivencia. Los enérgicos sonidos, inspirados en ritmos japoneses, del Ensamble de Percusión de la Fundación Cultural Patagonia abrieron la primera noche. Y al cierre de esta edición, se estrenaba la obra "Cinco piezas para dos pianos y percusión", de Juan Pablo Simoniello, con Ariel Ojeda , Aníbal Intili, Santiago Aldana, Javier Navarrete, Ángel Frette, Gabriel Muñoz Cabrera y Joaquín Pérez. En rigor, el Festival había comenzado unas horas antes, a las 16, cuando el presidente de la Fundación Patagonia, Norberto "Tilo" Rajneri, le dio nuevamente la bienvenida a lo que se convirtió ya en una tradición. El público y los músicos llenaron la sala del Auditorio para aplaudir a quienes de aquí en más subirán al escenario a ponerle ritmo a estos días. Allí, ya estaban, los norteamericanos Jim Jacobson y John Wooton, el mexicano Roberto Hernández Soto, los ingleses Tim Palmer y Jason Huxtable, el dúo mexicano Tunkul, los uruguayos de Huracán Buceo, y los locales Fabián Poblete, Javier Navarrete, Joaquín Pérez, Gabriel Muñoz, Ángel Frette, director artístico del festival, y Oscar Albrieu Roca, el organizador. Luego llegó el turno de las clases. Y mucho más tarde,el concierto, donde todos, público, músicos y fanáticos, compartieron esa lengua común que por estos días transforma a la Ciudad de las Artes en la Ciudad de los sonidos. | |