BUENOS AIRES (DyN).- Las bajas temperaturas propias del invierno en gran parte del país y el consecuente aumento de la demanda de energía, llevó al gobierno a intensificar en los últimos días su tarea de administrador de los recursos insuficientes, en base a un programa activado por el ministerio de Planificación Federal.
El gas natural, la electricidad, y los combustibles líquidos forman parte de una ecuación en la que se conjugan en el día a día la oferta y una demanda creciente. En materia de electricidad, la fuerte demanda por el frío derivó hacia una política de cortes inducidos -vía pedidos de restricción voluntaria- en algunas industrias en horas pico, aunque por tiempos menores de lo esperable si algunas de tales industrias hubiera trabajado normalmente, en lugar de verse afectadas por los cortes de rutas.
A la generación propia, térmica, hidroeléctrica y nuclear, se sumó algunos días la importación desde Brasil, en base a un convenio firmado en abril según el cual Argentina pagará parte de esa energía y el resto se compensará con exportación de gas natural y de electricidad en los meses de la primavera.
La oferta local se verá incrementada en los próximos días por la puesta en marcha de la primera turbina de la Central Térmica San Martín, en Timbúes (Santa Fe). Pero tanto esta usina como la recién inaugurada Manuel Belgrano (Campana), y todas las térmicas, reemplazan desde junio a octubre el gas natural por fuel-oil-gasoil como insumo para generar. Importantes volúmenes de estos combustibles sustitutos serán importados por las petroleras privadas y, principalmente, por la energética estatal Enarsa en base a un convenio con la venezolana PDVSA.
El gas natural, en tanto, tiene por destino prioritario el suministro a nivel residencial, y también se busca garantizar un volumen mínimo de 5 mil metros cúbicos diarios a las estaciones de GNC. La producción local de gas natural ronda los 130 millones de metros cúbicos diarios.