NEUQUÉN (AN).- Cuatro hombres encapuchados ingresaron en una vivienda de una familia que se dedicaba a la compra venta de oro y le llevaron un bolso con joyas por 100.000 pesos y alrededor de 4.000 pesos en efectivo. La policía los buscaba anoche, pero sin pistas.
El miércoles al mediodía la familia Solís, que reside en Láinez al 872, se encontraba gozando de la tranquilidad del hogar mientras el albañil, que hacía arreglos en la casa, entraba arena por el garage.
Cerca de las 13.30 un sujeto encapuchado encañonó al albañil y tras atarlo ingresó junto a sus cómplices a la vivienda por la puerta de la cocina.
"Yo estaba en mi habitación cuando sentí que me tiraron una campera en la cabeza. Creí que era un sobrino y le dije 'chico no me molestes'", confió Rebeca Solís (72).
Posterior a eso, uno de los delincuentes le dijo a la mujer, "quedate tranquila", e inmediatamente la acostó en la cama y "se subió para buscar en un zócalo de la ventana algo", contó Waleska, hija de Rebeca.
Una vez reducido el albañil y Rebeca, ambos fueron atados con un alambre fino y llevados a la habitación del esposo de la mujer, que tiene 97 años, y se encuentra inmóvil en cama producto de una lesión de cadera que padeció en octubre pasado.
Otro de los malvivientes fue al living y se paró al lado de Joaquín (14), nieto de Rebeca, y le dijo que "soy de la policía federal, acompañame", narró Waleska, mamá del chico.
Entre gritos y amenazas, Rebeca pidió que no le hicieran daño y Joaquín les ofreció a los delincuentes su celular a cambio de que no golpearan a sus abuelos.
Los delincuentes le preguntaron a la mujer, "¿dónde están las joyas?". Viendo que los hombre sabían lo que había en la casa, Rebeca le pidió a Joaquín que sacara el bolso que estaba en su placard y se los diera.
Así que el nieto entregó las joyas de la abuela a los delincuentes que tomaron el botín, compuesto por 100.000 pesos en oro y 4.000 pesos en efectivo, y se dieron a la fuga.
"Antes de irse pusieron los televisores re fuerte, quizás para que no escucharan en qué se iban", narró la hija de la mujer.
Solos, los tres maniatados en la habitación del inmóvil marido, comenzaron a desatarse y ni bien Joaquín logró el cometido ayudó a su abuela y al albañil.
Respecto de las joyas que había en la vivienda, Waleska, explicó que "ella las había comprado en marzo en Buenos Aires y las vendía mediante la modalidad persona a persona".
"Con lo que nos ha pasado seguro no se dedica más a esto", comentó la hija quien confió que su madre hacía ocho años compraba y vendía oro.
La causa está caratulada como robo agravado a cargo del Juzgado Instrucción Nº 1 y la fiscalía de delitos violentos contra la propiedad.