Las negociaciones con Domingo Perilli están estancadas y por el momento los dirigentes de Cipolletti no lograron convencer al DT para que baje sus pretensiones ni conseguir algún inversor que ponga la diferencia económica. "Yo me veo desocupado, al menos estaré así algunos meses. Seguramente recibiré alguna oferta de otro club más adelante", señaló "Mingo".
Lo de Perilli no es drástico, si no que suena a un "es ahora o nunca". El técnico entiende que siempre resignó dinero porque el proyecto de "salvataje" institucional que llevó adelante Julio Arriaga, lo merecía.
Claro, ahora con las cuentas en orden y el club en pleno crecimiento, para Perilli y sus colaboradores (Lorenzo Frutos y Mauricio Serenelli) la paciencia llegó a su límite y por eso están intransigentes en la negociación. Todo esto, obviamente, apuntalado con campañas de muchísimo éxito, más allá de que no se haya logrado llegar a la final por el ascenso.
En la otra vereda, la dirigencia jugó una carta arriesgada. Dejó pasar el tiempo y especuló con la idea de que Perilli, a la larga, terminaría aceptando las condiciones
para continuar. Esta idea de los directivos se sostenía desde un par de datos reales: por un lado, que "Mingo" es un hombre del club, vive en la ciudad desde siempre y "en ningún lado podrá estar como acá", según dijo un dirigente; el otro, que fue este cuerpo técnico quien modeló al plantel, nutrido en un 90 por ciento por jugadores de la cantera y de equipos zonales.
Es decir, la directiva se confió y jamás pensó que las negociaciones serían tan duras. Es más, por ahora no hubo contraofertas y las dos partes mantienen los mismos números desde hace varios días.
La dilatación de las negociaciones de entrada perjudicó al cuerpo técnico, pero Perilli-Frutos-Serenelli están dispuestos a quedarse sin trabajar hasta la próxima temporada. Saben que a esta altura no les llegarán ofertas del Argentino A y que del B sólo hablarán con equipos que tengan pretensiones de campeonato.
La pelota está del lado de la dirigencia. Si no cierra con Perilli deberá salir a buscar a otro técnico, y el que más suena es Marcelo Yorno. Claro, la mayor preocupación es el posible costo que puede significar el cambio de DT.