Jueves 19 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 36 > Sociedad
Indalo debe pagar 800.000 pesos a accidentada

NEUQUÉN (AN).- La empresa Indalo -que presta servicio urbano en esta ciudad- deberá indemnizar con 800.000 pesos más intereses a una mujer que en 2004 movilizándose en un ómnibus sufrió una grave lesión en el cráneo con afección neuronal luego de que el vehículo se quedara sin frenos en una pendiente y chocara contra una arboleda y varios automóviles estacionados.

La mujer, que por entonces tenía 24 años, iba con su hijo de cinco años y por protegerlo, abrazándolo, no pudo resguardarse de los sucesivos impactos que sufrió el rodado. Las secuelas físicas le provocaron daños irreversibles a pesar de las tres neurocirugías a las que fue sometida. El 3 de mayo de 2007, la jueza civil Julia Buissón de Baggio estableció que Indalo debía resarcir a la víctima con 915.000 pesos pero la medida fue apelada por los abogados de la empresa transportista. Ayer se conoció que la cámara de Apelaciones integrada por los juez Marcelo Medori y Fernando Ghisini confirmó la sentencia pero redujo el monto indemnizatorio a 800.000 pesos, una cifra que crecerá sustancialmente por los intereses acumulados.

La víctima del accidente, representada por los abogados Hernán Kees y Mariano Mansilla, había demandado a Indalo por 1.045.000 pesos.

El accidente se produjo el 22 de abril de 2004 a las 18,25. Acompañada por su hijo, la mujer abordó un coche del ramal B de Indalo para trasladarse a la escuela nocturna donde cursaba estudios secundarios. Transcurridos diez minutos en proximidades de la esquina de Jujuy y Sargento Cabral, el chofer del colectivo, al doblar en la calle Jujuy, que se encuentra en bajada, "empieza a gritar desaforadamente que el colectivo se quedó sin frenos, perdiendo absolutamente el control del mismo, gritaba asimismo que todo el mundo se agarre". Fue en ese contexto que la muchacha se aferró a su hijo con ambos brazos mientras el colectivo inició la cadena de colisiones. Contra una camioneta doble cabina a la cual arrastró varios metros y a otros vehículos estacionados.

Por el sacudón producido por el impacto la mujer "pierde el equilibrio y sale despedida del ómnibus por la puerta trasera (que inexplicablemente se encontraba abierta en ese momento), abrazada a su pequeño hijo, cae golpeándose la cabeza con el cordón cuneta de la calle pues con sus brazos estaba sujetando al pequeño hijo". Por lo expuesto su hijo solo sufre unas magulladuras menores. Ella quedó tendida en el piso, en estado de inconsciencia y con un severo traumatismo en su cabeza, el que luego se advierte que es una fractura en la base del cráneo. Para salvar su vida tuvo que ser sometida a una operación neuroquirúrgica de urgencia de extrema complejidad y a posteriores procedimientos invasivos en su internación.

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