VALPARAÍSO, Chile (DPA) - La presidente chilena Michelle Bachelet logró salvar ayer su polémica ley de educación, luego de que sus ministros prometieran a los diputados de gobierno enviar una nueva iniciativa, en medio de la protesta de unos 10.000 estudiantes y profesores que rodearon el Congreso.
El acuerdo, discutido a gritos, permitirá a Bachelet aprobar en general su iniciativa, con el compromiso de enviar un nuevo texto legal que incorpore las objeciones de los parlamentarios, que apuntan a los problemas de inequidad del sistema educativo. El texto, que será votado hoy, deberá ser sancionado por el Senado, donde el gobierno tiene minoría, pero cuenta con los votos de la oposición de derecha.
Unos 10.000 estudiantes y profesores rodearon el Congreso chileno en Valparaíso rechazando la iniciativa, que autoriza el lucro y la selección de alumnos en el sistema educacional, criticado por su iniquidad. Más de un centenar de personas fueron detenidas en las afueras del Congreso, hasta donde llegó una columna de diez cuadras de profesores. En medio de la presión, la ministra de Educación, la demócrata cristiana Mónica Jiménez, defendió ante los diputados el proyecto. Además recordó que la aprobación de la iniciativa permitiría derogar la actual ley de educación, heredada de la dictadura militar y considerada cuna de las iniquidades en el sistema. Sin embargo, desde las tribunas del Congreso los estudiantes la calificaron a gritos de "mentirosa" y la acusaron de ignorarlos.
Varios diputados calificaron de "mala" y "patética" la iniciativa que regula derechos y deberes de los integrantes de la comunidad educativa, fijando requisitos mínimos para cada nivel educacional, pero que no aborda el tema de inequidad. En Chile, por ejemplo, mientras un ocho por ciento de los pobres accede a educación superior, un 72% de los jóvenes ricos lo logra.
