Miércoles 18 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 06 y 07 > Nacionales
CONTEXTO: Cobos y la llave para salir del atolladero

Se perdieron 100 días, más de 3.000 millones de dólares y se llegó al borde de la fractura social. Y recién ayer, a instancias del vice Julio Cobos -algo que le dio vida a los radicales K y a la maltrecha concertación plural- la presidenta Cristina Fernández, sacó las retenciones móviles del ámbito del Ejecutivo para darle "más contenido democrático (sin quitar, eso sí, vigencia a la norma que dio origen al traumático conflicto con el campo) y trasladó su debate al Congreso.

La marcha atrás del gobierno -no reconocida por éste sino como una lucha entre los que quieren "llevar comida barata a la mesa de los argentinos" y los que "extorsionando" pretenden que los precios domésticos sean iguales a los internacionales-, fue bien recibida por el emblemático Alfredo De Angeli, Mario Llambías, titular de CRA, y diputados y senadores de la oposición como Ernesto Sanz, "Chiche" Duhalde, María Eugenia Estenssoro y Adolfo Rodríguez Saá.

"Ahora hay una esperanza de solución... ya está... ahora hay que apurar el tratamiento de la ley y pedirle a los representantes de las provincias que escuchen la voz de los productores", reaccionó el díscolo entrerriano. Horas antes el ex mandatario Néstor Kirchner, lo había subestimado: dijo que era un dirigente al que la Gendarmería "se llevó en upa y quieren convertir en héroe".

Llambías le transmitió a Cobos, según reveló el mendocino, que iba a tratar de desactivar la protesta agraria para posibilitar que vuelva la tranquilidad en el país en un marco de discusión federal. El vicepresidente mostró su satisfacción durante el discurso en cadena de Cristina elevando repetidas veces los pulgares de sus manos.

Según fuentes de la Rosada, la conferencia de prensa de Kirchner, convocando como jefe del Justicialismo a la concentración de hoy en Plaza de Mayo, como los anuncios de su esposa en la sede gubernamental, respondieron a una cuidada táctica, para marcar que no hay "doble comando", que ella manda y que Néstor "es un soldado".

La distensión también cobró relieve por el "despegue" que hizo Kirchner del piquetero Luis D'Elía, quien había acusado al ex presidente Eduardo Duhalde de eje visible de las "maniobras desestabilizadoras". "Con Duhalde he tenido acuerdos y desacuerdos, pero no está en ningún golpe de Estado", sostuvo Kirchner para beneplácito de la estructura formal del PJ, compuesta entre otros por José María Díaz Bancalari, Hugo Moyano y el intendente Julio Pereira.

"En su retroceso -admitió una fuente K que pidió anonimato- el gobierno sale de la encrucijada: sea que el Congreso apruebe las retenciones como están o que vuelvan al 35 por ciento anterior. De cualquier forma escapará a una situación política que hoy no le es favorable y de la que tendrá que sacar enseñanzas". (ABA)

ARNALDO PAGANETTI

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