Miércoles 18 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 38 > Deportes
Basile quiere torcer la historia ante un Brasil en crisis

La clasificación para el Mundial no está en riesgo, ni para Brasil ni para Argentina. Pero ni Dunga ni Alfio Basile llegan bien parados al gran clásico mundial de hoy a las 21:50, en el estadio Mineirao.

En Belo Horizonte insisten en que una caída ante Argentina podría significar el final del ciclo de Dunga. Es que los pentacampeones arrastran dos derrotas consecutivas que pegaron fuerte: el histórico 0-2 ante Venezuela en un amistoso en Boston y la derrota por el mismo resultado frente a Paraguay, , el domingo en Asunción.

A Dunga le cuestionan que su equipo es demasiado esquematizado y que es menos lo que arriesga que lo que se preocupa por tratar de mantener el cero en su propio arco. La situación de Basile no está comprometida como la de su colega, pero un nuevo traspié ante el gran rival dejaría mal parado al Coco.

Es que en los dos partidos en que Basile enfrentó a Brasil en su segundo ciclo, Argentina sufrió dos derrotas muy dolorosas, ambas por 3 a 0: el día del debut, en Boston, en setiembre de 2006, y el año pasado, en la final de la Copa América de Venezuela.

Si Brasil viene de jugar en un muy flojo nivel en Asunción, la actuación de la Argentina en el sufrido 1 a 1 que rescató el domingo ante Ecuador tampoco dejó lugar para el optimismo.

 

Cambio de planes

 

Basile hará cambio de esquema y también de nombres. Dejará de lado el 3-4-1-2 que utilizó ante los ecuatorianos y le dará paso a un 4-3-1-2 con el que buscará mayores resguardos de mitad de cancha

hacia atrás. Y porque no podrá contar con Martín Demichelis, suspendido -sería reemplazado por Fabricio Coloccini o Gonzalo Rodríguez-, ni con Juan Sebastián Verón, quien terminó con molestias frente a Ecuador y le dejaría su lugar a Fernando Gago. Con el ingreso del volante del Real Madrid como volante central, Javier Mascherano, se correrá al costado derecho.

Brasil y Argentina, Dunga y Basile, un partido clásico y apasionante que nadie vivirá con la presión que sentirán ellos.

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