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Sin remedio para la chatarra informática | ||
En Río Negro no hay leyes que digan dónde depositarla. Tampoco saben qué hacer en las oficinas públicas. | ||
VIEDMA (AV)- La administración pública rionegrina aún no tiene en su agenda qué precauciones tomar con los residuos peligrosos de equipos informáticos. No existen legislación ni medidas ambientales de disposición final o de protección para la salud humana. Ya, en forma inevitable y lentamente, los pasillos de oficinas públicas y aquellos recovecos que permiten los edificios comienzan a poblarse de soportes tecnológicos antiguos. De consultas efectuadas en los organismos, la mejor forma de deshacerse de ellos pareciera ser la baja patrimonial en beneficio de escuelas o asociaciones de bomberos voluntarios. Las autoridades de la Dirección General de Rentas dispusieron que algunos equipos sean reciclados para el trabajo interno, la donación a instituciones de bien público o la disposición en un depósito común ubicado en barrio periférico de la ciudad. Medidas similares tomaron los responsables de otras reparticiones como el Ministerio de Educación y la Legislatura. Sin embargo, en la obra social provincial no existen buenos ejemplos de control en los últimos años. "Acá las pantallas se llevaron primero al patio, y luego por lo que tenemos entendido vino gente a limpiarlo y fueron a parar al basurero", afirmó una fuente del Ipross y experta en la materia en una consulta efectuada por "Río Negro". En otros estamentos existe cierta preocupación. El comisario Jorge Narváez, a cargo del área de Informática de la Policía de Río Negro, mencionó que "hasta ahora tenemos todo controlado lo cual no quiere decir que a futuro tengamos problemas porque no existen definiciones sobre el reciclado o disposición final". Claudia Dapra, de Salud Pública, coincidió en la misma apreciación, sobre todo tomando en cuenta que deben velar por los recambios de todo el sistema hospitalario. Salud Ambiental y el Consejo Provincial de Ecología y Medio Ambiente (Codema) dicen no contar con normativa al respecto. Por caso, el titular del organismo ambiental Oscar Echeverría, admitió la ausencia de norma regulatoria asociada al control del contenido de residuos de metales pesados. Agregó que "algo parecido ocurre con las pilas de litio". No obstante, aclaró que existe una polémica interpretación no documentada respecto de quién es el verdadero dueño de los rezagos. "Entendemos que las empresas (fabricantes de equipos) debieran asumir el costo de la disposición final, aunque luego el Estado termina haciéndose cargo. Todo empieza con una afectación (del medio ambiente) primero en pequeñas cantidades y que a medida que pasa el tiempo se van sumando"; concluyó. En la Argentina hay diversas organizaciones preocupados por el crecimiento de este nuevo residuo contemporáneo . Se trata de Escrap (www.escrap.com.ar), una red de operadores del mercado de residuos. La organización Greenpeace y National Geographic. Desde estos ámbitos se hicieron investigaciones preliminares que mencionan que los tubos de rayos catódicos (monitores) contienen PVC, retardantes, cromo, mercurio, cadmio y plomo. Las unidades centrales de proceso (CPU) contienen sustancias tóxicas como plomo, berilio y hexavalente de cromo. Pueden generarse dioxinas como consecuencia de incinerar el recubrimiento de PVC de los cables y conectores para obtener el cobre. Existen antecedentes de previsión como en Estados Unidos donde el gobierno federal le otorgó categoría de "residuo peligroso" a los monitores averiados y regula su transporte. La Universidad Tecnológica Nacional viene trabajando esta temática, mientras que Escrap es una de las pocas entidades que logró ingresar a la Comisión de Ecología del Senado de la Nación un anteproyecto de ley sobre manejo sustentable de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. | ||
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