NEUQUÉN (AN).- El gobierno comenzó a dictar talleres de "sensibilización de la cultura del trabajo" en comisiones vecinales. Los sociólogos, psicólogos sociales, y capacitadores ocupacionales piensan que así podrán dar pasos hacia adelante en la compleja tarea de incentivar a las decenas de miles de subsidiados de la provincia a volver al mercado laboral.

Desde la subsecretaría de Empleo y Capacitación resumen la iniciativa diciendo que lo que se busca es cambiar en estas personas la pregunta de "cómo hago para conseguir un plan" por la de "cómo hago para conseguir un trabajo".

"Hay hijos que no vieron nunca trabajar a sus padres. Es normal que piensen que lo mejor que les puede pasar es conseguir un plan", dijo el titular del área, Juan Linares.

Los talleres tendrán una duración de dos jornadas, cada una de ocho horas. A los beneficiarios de un plan asistencial les propondrán "una reflexión y una recuperación histórica de los hábitos familiares, culturales y del trabajo". Tendrán lugar en asociaciones vecinales y escuelas. En una primera etapa en la capital, durante este mes, julio y agosto, y luego se abrirá el juego al interior provincial.

Luego de los talleres, la misma cartera desarrollará una identificación de las oportunidades laborales disponibles para los beneficiarios. A partir de eso, se impulsará la capacitación acorde. "Tenemos que identificar los obstáculos para reinsertarlos. Pero también poner en valor qué implica trabajar, un valor socavado durante años por el acostumbramiento a recibir un subsidio. Sin atacar esa costumbre, no podemos ayudarles a volver al empleo", opinó Verónica Valdez, directora provincial de Empleo y Capacitación.

Analizó que, habitualmente cuando se habla de desempleo, se hace foco en la "arista económica del problema, en la pobreza o la falta de acceso

a vienes materiales" y que "muy en segundo lugar queda la pérdida de la autoestima y la posibilidad de una vida digna a partir del empleo, y del impacto que eso tiene puertas adentro de una familia".

Entre las situaciones que se suelen ver hoy, Valdez afirmó que "hay familias en las que ya es un hábito cobrar un plan. Los hijos de esos beneficiarios, cuando tienen edad suficiente, se preguntan cómo hago para tener un plan y no cómo hago para conseguir un trabajo".

Para Linares el plan debe ir acompañado de un cambio desde "la ética y la política" y subrayó que "se trata de sectores utilizados tradicionalmente como botín político".

Los talleres surgieron al amparo de la decisión de achicar el padrón de beneficiarios de un subsidio. En toda la provincia hay unos 17.000 sólo entre los que cobran el plan establecido por la ley 2.128, vigente desde 1994. Ahora deberán de dejar de contraprestar para capacitarse, si quieren cobrar. Sin embargo, hay otros grupos que reciben un subsidio, sobre los que no hay estadísticas precisas disponibles.