Lunes 16 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 29 > Cultura y Espectaculos
Oscar Wilde, el gran conversador

BUENOS AIRES (Télam).- "El arte de conversar" de reciente aparición en las librerías argentinas, reúne 28 cuentos orales inéditos del escritor británico Oscar Wilde (1854-1900), junto a la más completa colección de sus epigramas, y demuestra que su prosa continúa vigente más de cien años después de su muerte.

Editado por Atalanta (Urano), el libro reúne los "aforismos" de Wilde, abundante material gráfico y sus relatos orales que fueron traducidos por el escritor y traductor mexicano Roberto Frías, quien además incluyó un epílogo extenso que recorre la biografía de este escritor, considerado un conversador incomparable.

Los cuentos inéditos que ocupan la primera mitad del libro, fueron agrupados a partir del material oral existente registrado por amigos, conocidos y biógrafos del genio literario.

Agrupadas en temáticas como vida, belleza, verdad, amistad, placer, educación o apariencias, el volumen compila las distintas frases de Wilde que se desprenden de su bibliografía como "El retrato de Dorian Gray", "Una mujer sin importancia" o "Un marido ideal".

"El mundo es el escenario, pero la obra tiene un pésimo reparto", "Experiencia es el nombre que todos dan a sus errores" o "Sólo hay en el mundo algo peor que el que hablen de uno, y es que no lo hagan" son algunas de sus ingeniosas opiniones que vertió a lo largo de sus libros.

Frías habla de Wilde como "un escritor muy moderno que ya era consciente de la importancia de transformar todos los aspectos de su vida en una manifestación más del arte".

"Su forma de vestir -continúa-, sus compromisos sociales, su correspondencia, su relación con sus hijos y, claro, su conversación se veían también contaminados de ese impulso artístico que buscaba imprimir en todo lo que le rodeaba", asegura el autor.

A lo largo de 240 páginas, "El arte de conversar" permite sumergirse en el pensamiento de este dandi de origen irlandés, novelista, poeta, crítico literario, autor teatral y gran exponente del esteticismo.

"Leyendo y releyendo, a lo largo de los años a Wilde, noto un hecho que sus panegiristas no parecen haber sospechado siquiera: el hecho comprobable y elemental de que Wilde, casi siempre, tiene razón", dijo alguna vez Jorge Luis Borges.

Personaje excéntrico de gran ingenio y talento, Wilde escribió también "Poemas" (1881), "El príncipe feliz" (1888), "La casa de las granadas" (1892), "El crimen de lord Arthur Saville" (1891), "El abanico de lady Windermere" (1892) y "La importancia de llamarse Ernesto" (1895), entre otras.

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