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La pregunta podría trasladarse a otros poderes del Estado, a las empresas privadas, a otros países, pero como lo que conozco es el Poder Judicial de Neuquén, sólo me he permitido recabar algunos datos estadísticos para que cada uno reflexione y encuentre su propia respuesta, en el convencimiento de que encierra una gran verdad aquello de “pinta tu aldea y pintarás el mundo”. Se trata de un interrogante que muchos tenemos, sin atrevernos a decirlo en voz alta –los hombres porque no sería “políticamente correcto”, las mujeres por miedo a que se nos reproche alguna dosis de soberbia o resentimiento–, pero lo cierto es que no viene mal conocer un par de números para saber dónde estamos parados y sacar nuestras propias conclusiones. Comienzo señalando que no se advierte discriminación alguna en el ingreso al Poder Judicial, ya que en los escalones inferiores de la carrera la selección de varones y mujeres para cubrir los cargos es parejo, a veces con una cierta ventaja numérica para estas últimas. Sin embargo, la situación cambia cuando se asciende en la pirámide y se llega a los puestos de mayor jerarquía y poder de decisión. Habiendo iniciado juntamente la carrera con sus compañeros varones, la mayoría de las mujeres se jubila como secretaria, integrante de ministerios públicos de primera instancia o, a lo sumo, como jueza de primera instancia. Aclaro que no hago un juicio de valor ni desconozco los merecimientos de mis colegas del sexo opuesto, sólo presento una muestra estadística de la situación. Quiero agregar, para no aburrir con tantos números, que la situación se reproduce en los ministerios públicos –fiscalías y defensorías– de cámara y ante el Tribunal Superior de Justicia. Con lo expuesto no pretendo generar una polémica sexista ni sacar mis propias conclusiones, sólo aporto estos datos por si interesan a quienes efectúan análisis sociológicos o de psicología social, porque quizás ellos podrán interpretarlos adecuadamente y saber por qué se da esta situación. Quizás también –¿por qué no?– esto lleve a plantearse algunos interrogantes a quienes tienen poder de decisión en las designaciones de magistrados y funcionarios judiciales. MARÍA DOLORES FINOCHIETTI Fiscal- secretaria de la Asociación de Magistrados de Neuquén
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