| NAYAF.- El movimiento del líder radical chiíta Moqtada Al Sader, que es una de las principales fuerzas políticas de Irak, anunció ayer que boicoteará las elecciones provinciales de octubre, consideradas cruciales para la estabilización del país. Al mismo tiempo, el ejército iraquí, apoyado por unidades de soldados estadounidenses, se desplegó en Amara, en el sur de Irak, para expulsar a los milicianos chiítas atrincherados en ella. Posteriormente, el primer ministro Nuri al Maliki dio de plazo hasta el miércoles a los combatientes para deponer las armas, porque luego intervendrá el ejército. Estos acontecimientos tienen como trasfondo la reorganización del movimiento sadrista, uno de los más poderosos del país. "El grupo sadrista no participará en las elecciones", declaró su portavoz Salah al-Obeidi en la ciudad santa chiíta de Nayaf, al sur de Bagdad, y aclaró que el movimiento apoyaría a candidatos independientes. "Queremos evitar cometer los mismos errores participando en las divisiones interconfesionales", explicó. Las elecciones provinciales, que cuentan inicialmente con el apoyo de Washington, están previstas el 1 de octubre pero, según el ejército estadounidense, podrían ser aplazadas hasta noviembre. Los comicios, organizados en las 18 provincias iraquíes, designarán a las instituciones locales, con prerrogativas ampliadas según los planes de descentralización de Irak. | |