Los sindicatos Fenadismer, Confedetrans y Antid informaron la suspensión temporal de la huelga comenzada el 9 de junio ``para no causar un daño económico mayor al sector''. Los grupos representan principalmente a los choferes autoempleados, aproximadamente 12% del ramo.
Los sindicatos que no habían ido a huelga, que representan la gran mayoría del ramo camionero de España, llegaron a una acuerdo con el gobierno la semana pasada sobre medidas para compensar los precios en aumento del combustible, que fueron la razón de la huelga.
Esta serie de medidas, sin embargo, no contemplaba la principal demanda de los huelguistas: costos mínimos garantizados por sus servicios. ``El gobierno se las ha arreglado para cubrir una herida sangrante en el ramo pero no ha sido curada y tarde o temprano se abrirá de nuevo'', afirmaron los tres sindicatos en un comunicado.
Las asociaciones de choferes dijeron estar abiertas a futuras negociaciones con el gobierno y añadieron que no habrá más protestas. La huelga, una de varias protestas en Europa, atacó al comienzo los suministros de mercados mayoristas de alimentos y las fábricas en todo el país y sus promotores parecían dispuestos a paralizar España. Los choferes colocaron barricadas en las principales vías en Madrid y Barcelona, la segunda ciudad más importante del país, hasta que el gobierno llamó a la policía antimotines el miércoles y liberó las carreteras.
Los negocios retomaron gradualmente sus labores hasta volver a la normalidad en el final de la semana. Un grupo minoritario de camioneros, la Plataforma de Defensa del Transporte, dijo que permanecerá en huelga. La policía realizó operaciones el lunes para evitar que los trabajadores de ese grupo se manifestaran en Madrid y ordenó que los vehículos que no transportaran o recogieran bienes se retiraran de las carreteras. 
