Domingo 15 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
Represión agravó la protesta con más cortes, paro y puebladas
En Gualeguaychú, Gendarmería detuvo y luego liberó a De Angeli. La gente reaccionó con marchas masivas. Se reanuda la huelga rural. El gobierno no retrocede y también moviliza a sus partidarios.

La crisis se desmadró ayer. El conflicto entre el gobierno y el campo entró en una nueva dinámica de tensión extrema y posiciones más radicales, debido al arresto del líder emblemático, Alfredo De Angeli y otros 18 productores, el recrudecimiento de los piquetes en todo el país, el anuncio de un paro y la profundización de la presión desde el kirchnerismo contra la dirigencia rural.

La decisión presidencial de despejar la Ruta 14, en la entrerriana Gualeguaychú, tuvo rápida ejecución por parte de la Justicia: Gendarmería reprimió el piquete liderado por De Angeli y se lo llevó preso por la fuerza junto a otros 18 productores durante cuatro horas. Inmediatamente, espontáneas movilizaciones populares reaccionaron en varios puntos del país, incluida la región, con cortes de ruta.

También los por lo menos 240 piquetes se profundizaron en todo el centro y norte del país e, incluso, se ampliaron.

La Mesa de Enlace, que mantenía una tregua, decidió anoche volver al paro agropecuario. Al cierre de esta edición, en San Pedro, las cuatro entidades rurales definieron -desde hoy y hasta el próximo miércoles- no comercializar granos ni otro productos agropecuarios, aunque sí alimentos básicos y perecederos como la leche o frutas y hortalizas. Además, volverán a los piquetes, pero pidieron que no se corten las rutas. Pidieron expresamente dejar pasar colectivos y autos particulares. Asimismo, pidieron la adhesión de la industria y el comercio para una jornada de movilización el miércoles en todo el país, aunque descartaron que ésto sea un llamado a un paro general.

Ayer no sólo hubo puebladas. También cacerolazos de cientos de vecinos en la ciudad de Buenos Aires, que buscaron ser neutralizados por organizaciones oficialistas en Plaza de Mayo. El broche fue un hecho inédito: la presencia del mismo ex presidente Néstor Kirchner en la Plaza junto a ministros y los polémicos Moreno Jaime y D´Elía. Una nota violenta se dio cuando un grupo bajó de un colectivo y, vivando a Perón, desalojó con palos a familias que protestaban frente a la Quinta de Olivos. Los incidentes siguieron entre "caceroleros" y policías.

Los bloqueos de las rutas -protagonizados por productores y transportistas- junto a la decisión de retomar la huelga, agravan el panorama del abastecimiento en el país, que comenzó a ser crítico en varias ciudades, sobre todo en productos alimenticios básicos y combustibles. Ayer se sumó el paro de los micros de larga distancia.

 

El gobierno, inflexible

La presidenta, por su parte, mantuvo silencio frente a los graves episodios y permaneció reunida con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, ejecutor de la medida de despeje de las rutas; con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández y varios colaboradores.

Finalmente, anoche el gobierno salió a dar la cara. Se mantuvo firme en descartar cualquier medida que implique modificar las retenciones móviles y defendió la actuación de Gendarmería en Gualeguaychú, destacando que los productores fueron intimados “hasta 6 veces” antes  de la actuación para despejar la vía. También planteó que “el diálogo es posible”. Descartó de plano la posibilidad de que se decrete un estado de sitio, de continuar este escenario.

No dejó de acusar al campo de “tener la vocación de desabastecer y de impedir el normal tránsito” en el país. Y reafirmó que el corte de ruta “no es válido para una Argentina que ha podido salir de la postergación. Los cortes de la dirigencia rural y transportistas dejan sin comida a los argentinos, obligan a productores a derramar la leche, dejan a las industrias sin insumos, a los transportistas sin trabajo y genera desabastecimiento porque no dan posibilidad de que la mercadería llegue”, expresó Alberto Fernández.

Descartó cualquier posibilidad de  revisar las retenciones móviles porque la “gobernabilidad quedaría seriamente afectada” ya que la administración kirchnerista quedaría sometida “a un sector que trata de proteger sus intereses”.   

 

Apunten a De Angeli

El gobierno apuntó especialmente a la emblemática protesta de Gualeguaychú, donde acababan de unirse en el piquete los ruralistas y camioneros. Pero además apuntó a De Angeli, el dirigente rural más carismático, quien -cuando conoció la orden de desalojo- decidió resistir sobre la ruta junto a otros productores, cantando el himno nacional.

Los graves incidentes de Gualeguaychú comenzaron ayer al mediodía, luego de que el viernes el gobierno argentino instara a los gobernadores de las provincias donde se producen cortes de rutas a que liberen el tránsito mediante “las fuerzas federales”y denuncias judiciales.

Un juzgado de Entre Ríos no tardó en emitir una orden para sacar de la ruta a los manifestantes. 

Unos 160 efectivos de Gendarmería Nacional participaron de la represión. Sin embargo, se advirtió mesura en la acción de las fuerzas: avanzaron en forma compacta, no dispararon gases ni balas de goma, pero actuaron con mucha dureza cuando se llevaron a De Angeli y a los productores por la fuerza.

Los incidentes y la violenta detención de De Angeli y los demás ruralistas -cuyas imágenes divulgaban una y otra vez los canales de noticias- repercutieron inmediatamente en buena parte del país. Pueblos vecinos se congregaron espontáneamente para respaldar a los detenidos y exigir su inmediata liberación. La Justicia no tardó en liberarlos, tras tomarles declaración.

Pero las puebladas también se produjeron en un sector de la autopista Rosario-Buenos Aires y en otros puntos del país.

En nuestra región, numerosos grupos de personas se manifestaron y cortaron rutas en Cipolletti, Regina, Viedma, Patagones y Villa La Angostura. Incluso nutridos grupos con banderas se agruparon frente a la Casa Rosada, la Quinta presidencial de Olivos y puntos del microcentro porteño en apoyo al campo.

Apenas fue liberado, De Angeli fue recibido con aclamación por cientos de personas en el piquete de la represión. A viva voz, dijo que “la protesta no la vamos a abandonar”, aunque pidió no contestar “con agresiones” y manifestarse “en forma pacífica”.

(Redacción Central y agencias)

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