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La candidatura presidencial de Obama reaviva el debate racial | ||
El movimiento multirracial resurge en el Norte. Cuestiona que se siga hablando de "raza" y "mezcla". Los demócratas hacen punta en este asunto sustancial. | ||
NUEVA YORK (AP).- Rachel Lerman es un ejemplo acabado de una persona multirracial: rubia y de ojos azules, nació en 1967 en Boston, hija de una mujer blanca católica romana y de un hombre negro de Nigeria. Fue adoptada por una pareja blanca, que le inculcó la fe judía. Al terminar la universidad, conoció a Alex Díaz-Asper, católico de Miami, hijo de un español y una cubana. Se casó con él a los 33 años y se radicó en Adams Morgan, un barrio multicultural de Washington. Hace tres años, tuvo mellizos: Alejandro y Miguel. El primero tiene ojos marrón, rizos y piel morena. Miguel es rubio, de ojos azules y cachetes rosados. Tiene el aspecto típico de un irlandés. Lerman, quien tiene piel morena y cabello rizado, no podría sentirse más orgullosa de sus hijos. Sin embargo, cuando van a un parque o a un almacén, recibe miradas curiosas y le hacen preguntas molestas. "¿Eres la niñera?", "¿Miguel es adoptado?". Aun hoy, cuando la inmigración y las nuevas actitudes sociales hacen que la población multirracial crezca a un ritmo 10 veces superior al de la población blanca en Estados Unidos, según la oficina del censo, las personas de distinto origen étnico pueden sentirse marginadas en una sociedad que todavía no ha dejado atrás todos sus complejos raciales. La candidatura presidencial de Barack Obama, quien es hijo de madre blanca y padre negro, ha revivido el debate sobre la actitudes raciales. Si le pregunta a cualquier persona que combina más de una raza, le dirá seguramente que hay una mayor aceptación de parejas birraciales y de niños que no tienen el mismo origen étnico de sus padres. Sin embargo, mucha gente que promueve la aceptación de las personas multirraciales afirman que las actitudes de la gente frente a este fenómeno varían según la región, la clase social y la edad. "A uno siguen catalogándolo por su aspecto físico", dijo Heather Tarleton, de 28 años, profesora de biología de la Universidad de California de Los Angeles y presidente del Círculo Familiar Interracial, fundado por su madre, quien es negra, y su padre, quien es blanco. "Una pasa la mayor parte de su vida tratando de explicarle a la gente quien es. Y cuando ya saben quien eres, te siguen identificando con cierta raza. O sea, uno nunca es un individuo con distintas características, sino la parte de tu persona que alguien elige", expresó Tarleton. Las personas de origen multirracial se preguntan si esta nación -con su historia de esclavitud, de acciones terroristas perpetradas por el Ku Klux Klan y de un erotismo ilícito entre negros y blancos-, está lista para aceptar totalmente no solo a blancos y negros sino también a aquellos con piel morena de distintos tonos. ¿Por qué, desde que nacen hasta que se van a la tumba, se les pide que determinen una etnia específica, para que no se la asignen otros? ¿Cómo es que aún hoy, si un policía detiene a alguien de ascendencia euroafricana por una infracción de tránsito ve a una persona negra, no a una blanca? ¿Y por qué se siguen usando términos como "raza" y "mezcla" para describir variantes genéticas, culturales y sociales en la raza humana, que es una sola? ¿Por qué tantos blancos y negros siguen aceptando la noción de que si alguien tiene ``una gota'' de sangre negra, es negro, algo que contribuye a aumentar las divisiones raciales? Rachel Lerman se hace esas preguntas todos los días. Para evitar confusiones cuando sale con su hijo de piel clara, le compró a Miguel una camiseta que dice, "ella es mi mami, no mi niñera". | ||
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