| ||
Reconstruyeron la posición de los ocupantes del 147 | ||
Arroyo, Gallo y un policía se sentaron en el vehículo como al momento del disparo | ||
NEUQUÉN (AN)- Gonzalo Arroyo y Santiago Gallo volvieron a sentarse ayer en el Fiat 147 en las mismas posiciones que ocuparon el 4 de abril del 2007 a la mañana, mientras que un policía se sentó en la parte trasera como lo habría hecho Carlos Fuentealba al momento de recibir el impacto de una granada de gas. Fue durante una diligencia judicial a mitad de camino entre una inspección ocular y una reconstrucción del hecho que se realizó a pedido del defensor Ladislao Simon. Lo que quedó probado es que a una persona sentada en la parte trasera se le puede ver claramente la cabeza incluso alejándose siete metros. El docente recibió el impacto del proyectil en la parte posterior del cráneo y el tirador se ubicaba, según algunos testigos, a esa distancia. El Fiat 147 está en condiciones muy similares: Arroyo le reparó la luneta (por allí entró el proyectil, y la terminaron de romper para sacar a Fuentealba) pero nada más. Es decir que la puerta del acompañante no se abre por dentro, para rebatir los asientos delanteros hay que conocer la ubicación de una palanca que sólo su dueño sabe que existe, y los asientos traseros están replegados. A Gallo le pidieron que explique cómo hizo para bajarse del auto, pero el docente insistió en que no se acuerda. Desde su posición, la única manera es bajar la ventanilla, sacar la mano y accionar el picaporte externo. Gallo no sabe si eso fue lo que hizo, o si alguien le abrió desde afuera. El defensor le pidió a Arroyo que le marque cuáles abollones en la carrocería se produjeron ese 4 de abril, cuáles antes y cuáles después. Salvo un toque en el guardabarros trasero derecho, que le ocurrió una vez que estaba estacionado, el dueño del auto no le pudo dar más precisiones. Al policía que hizo las veces de Fuentealba también le pidieron que se ubicara mirando hacia adelante. Lo hizo en cuclillas y arrodillado, posiciones en las cuales su cabeza ya no es tan visible. Si se hubiera agachado más la visión habría cambiado, pero cuando la fiscal Sandra González Taboada le pidió que lo hiciera, el defensor Simon se opuso. "Usted me lo quiere acostar", protestó. Otro punto que quedó probado es que la tapa del baúl se puede cerrar desde adentro, si bien con alguna dificultad. | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||