A un alto precio, el gobierno de Cristina Fernández consiguió aplacar, transitoriamente, los ánimos de algunos gobernadores del mismo color político que en las últimas semanas habían empezado a cuestionar la estrategia de la Casa Rosada ante el campo.

Al Ejecutivo nacional le alcanzó con anunciar un plan de redistribución social, que en realidad no comprende mas que obras públicas en materia de hospitales, viviendas y caminos, para contentar a varias provincias y municipios ya que el objetivo es descentralizar el manejo de los fondos.

En pocas palabras, varios gobernadores e intendentes llamaron a silencio sus críticas, luego de enterarse que iban a recibir mas plata para manejar...¿discrecionalmente?

Los Kirchner, lograron así calmar a varias provincias, menos a una: Córdoba. Ocurre que en el caso de Juan Schiaretti, el gobierno le está haciendo "pagar" su posición distante de la Casa Rosada en el conflicto con el campo.

"El gringo se cortó solo y ahora tendrá que sufrir un poco", se escuchó en uno de los pasillos del primer piso de Casa de Gobierno.

Como resultado de esa posición, Córdoba debió protestar airadamente para recibir fondos de asistencia financiera.

Ahora, Schiaretti reclama 18 millones de pesos de los fondos de seguridad alimentaria y hasta amenazó con concurrir a la justicia porque son acuerdos legales entre esa provincia y Nación.

Prueba del alineamiento de las provincias justicialistas con el gobierno es que, salvo la San Luis de los Rodríguez Saá, ninguna se atreve a reclamar por una justa coparticipación federal.

No muy distinto es el caso de las provincias pseudo opositoras. Hermes Binner de Santa Fe, tuvo un contrapunto durante un encuentro con la presidenta, donde Fernández de Kirchner lo acusó de haber cambiado su postura contra la "sojización" por un apoyo al campo.

El dirigente socialista le reclamó a la mandataria fondos no percibidos por el tesoro provincial y Fernández le enrostró que esa provincia fue una de las más beneficiadas.

Allá en el sur, Fabiana Ríos desde Tierra del Fuego intenta mantener un equilibrio entre el gobierno nacional y sus afinidades políticas, cercanas a Elisa Carrió y al propio Binner. No obstante, sectores interesados echaron a correr distintos rumores de acercamiento al kirchnerismo, desmentidos por colaboradores de la mandataria fueguina.

De hecho, Ríos no concurrió al acto de anuncio del Plan de Redistribución Social en Casa Rosada, pese a haber sido invitada. Ocurre que el ARI, que llevó a Ríos a la gobernación, hoy está distanciado a la Coalición Cívica de Carrió.

Mauricio Macri en la Ciudad, mas allá de su esporádico apoyo al campo, no tiene un perfil confrontativo con Nación, sino que desde que asumió apostó a consolidarse como figura política a partir de su gestión comunal. Mientras, Miguel Saiz (Río Negro), Gerardo Zamora (Santiago del Estero, Arturo Colombi (Corrientes) y Eduardo Brizuela del Moral (Catamarca) mantienen su apoyo a la administración central.

(DyN, Walter Schmidt)