La selección de Brasil tuvo ayer su segunda práctica de cara a los difíciles duelos ante Paraguay y Argentina por las eliminatorias sudamericanas, en una jornada en la que la precisión del ataque fue la principal preocupación del cuerpo técnico.

Aún sin haberse sacudido totalmente las dudas generadas tras la reciente derrota histórica ante Venezuela (2-0), Brasil entrenó en Teresópolis (80 km de Río de Janeiro). Dunga demandó continuamente concentración a los cracks "europeos" de ataque como Robinho, Adriano, Luis Fabiano, Diego y Alexandre Pato. "Tienen que hacer goles", les gritó el DT.