Uno de los mayores desafíos que le esperan al candidato presidencial demócrata Barack Obama será conquistar el voto hispano, porque en las elecciones primarias no le fue muy bien con los latinos y no podrá llegar a la Casa Blanca sin un apoyo masivo de este grupo étnico.
No le será fácil. Si bien los hispanos han votado históricamente por los demócratas y lo hicieron en aun mayores procentajes en las recientes elecciones primarias de ese partido -en parte por la creciente retórica antiinmigrante del Partido Republicano-, gran parte del voto latino fue para la entonces rival de Obama para la candidatura del partido, Hillary Clinton.
La senadora Clinton derrotó a Obama entre los votantes hispanos por un 73 al 27% en Nueva York, un 69 contra un 30% en California, un 68 contra un 32% en Texas, un 70 contra un 30% en Nueva Jersey y un 61 contra un 35% en Florida. Obama derrotó a Clinton entre los hispanos en Illinois, su estado, y otros, pero muy pocos.
Obama es particularmente débil entre los hispanos nacidos en el extranjero, que representan casi la mitad de los 13 millones de latinos registrados para votar.
Todo esto implica un enorme desafío para Obama. Para ganar en noviembre, no sólo necesita conquistar el voto hispano en los estados indecisos, que serán clave en esta elección -como Florida, Nuevo México y Colorado- sino que deberá hacerlo con un margen de ventaja más amplio del habitual.
"En las elecciones de este año el voto latino será más importante que nunca", afirma el encuestador demócrata Sergio Bendixen. "Es posible que la elección nacional se defina en Florida, Nuevo México, Colorado y Nevada, donde el voto hispano será decisivo para determinar el ganador de esos estados".
Según Bendixen, Obama necesita ganar el voto hispano con un margen de más del 55% en Florida y más del 65% en Nuevo México, Colorado y Nevada. Y si el candidato republicano, el senador John McCain, les da pelea a los demócratas en Nueva Jersey, California y Pennsylvania, el margen de victoria de Obama en estos últimos estados tendría que ser aún mayor.
¿Lo logrará Obama? Una encuesta realizada la semana pasada por el grupo Carville-Greenberg muestra que le está ganándole a McCain entre los hispanos a nivel nacional por un 60% contra un 34%. Otra encuesta difundida en estos días por Gallup revela que Obama tiene un 62% de intención de voto entre los latinos a nivel nacional, contra un 29% para McCain.
Muchos estrategas demócratas citan estas encuestas como un buen augurio para Obama. Un nuevo estudio del New Democrat Network señala que el número de votantes hispanos en las elecciones primarias de este año se triplicó respecto de las primarias del 2004 y que el Partido Demócrata ha aumentado su intención de voto entre los hispanos en un 66% en los últimos cuatro años.
"Las últimas encuestas nacionales indican que la candidatura de Obama está muy fuerte entre los latinos, especialmente considerando la debilidad que mostró en ese grupo en las primarias", dice el presidente de la NDN, Simon Rosenberg. "El electorado hispano tiene una nueva dinámica: estamos viendo un nivel muy alto de participación cívica y un decidido vuelco hacia los candidatos demócratas".
Los republicanos, a su vez, dicen que McCain sólo necesita acercarse al 38 ó 40% del voto hispano que logró el presidente Bush en las dos elecciones anteriores, y que no está tan lejos de conseguirlo.
"Esta carrera recién ha comenzado y todavía tenemos cinco meses para recordarles a los hispanos que John McCain siempre nos ha acompañado y se ha arriesgado políticamente por nuestra comunidad, mientras que los vínculos de Obama con la comunidad hispana son escasos o nulos,'' dice Ana Navarro, codirectora del Consejo de Asesores Hispanos de McCain. "Las últimas encuestas son positivas para McCain, y un buen punto de partida sobre el cual construir la victoria".
Mi opinión: Obama tratará de conquistar el voto hispano centrando su discurso en las cuestiones que más los afectan, como la economía, el seguro universal de salud y la guerra con Irak. Es muy probable que McCain trate de no discutir esta agenda, sino que haga una campaña negativa contra Obama, recalcando su falta de experiencia y pintándolo como un hombre débil en seguridad nacional en un mundo cada vez más peligroso.
Obama no tiene más remedio que poner todo su empeño en ganar el voto hispano por un margen abrumador. En una reciente entrevista, el virtual candidato demócrata, que nunca ha visitado América Latina, me dijo que está planeando viajar a México antes de las elecciones de noviembre. Buenísimo. Pero tendrá que hacer mucho más que eso.
ANDRÉS OPPENHEIMER (*)
(*) Periodista argentino. Analista internacional. Miami
Especial para "Río Negro"