El edificio del viejo colegio religioso de Viedma donde estudió y pasó unos años como pupilo el beato Ceferino Namuncurá será expropiado por la municipalidad local, con el aval una ley que hoy aprobó, por unanimidad, la legislatura de Río Negro.
Para festejar el hecho este mediodía hicieron sonar, después de mucho tiempo, la antigua campana de bronce instalada en la torre del reloj que corona la construcción, con más de 112 años de historia. El intendente municipal viedmense, Jorge Ferreira, el secretario de Gobierno, Darío Berardi y la subsecretaria de Cultura, Patricia Antonio, estuvieron presentes.
La edificación está ocupada en su planta baja por oficinas municipales, alquiladas a su propietario particular, pero ahora el gobierno municipal se propone una restauración integral. Con el apoyo del Concejo Deliberante y numerosos sectores de la comunidad, el proyecto comprende rehabilitar unos 1.500 metros de superficie cubierta y un amplio patio abierto de un cuarto de manzana.
Allí funcionarán la sede provisoria de la flamante Universidad Nacional de Río Negro, un consulado regional patagónico de Bolivia, salas para exposiciones y un escenario de espectáculos al aire libre. La parcela de futura expropiación forma parte de la denominada 'manzana histórica' de Viedma, con varias construcciones realizadas por la orden religiosa de San Francisco de Sales, a partir de 1880.
Por las aulas del colegio primario, que funcionó allí hasta 1970, pasó Ceferino Namuncurá en los primeros años del siglo XX, cuando sus maestros salesianos procuraban curarle la tuberculosis que finalmente lo llevaría a la tumba, en Roma en 1905.
También transitó por el lugar el enfermero salesiano Artémides Zatti, que precisamente fue tutor del joven Ceferino y se consagró a la salud de los más humildes. Ambas personalidades, Ceferino y Don Zatti, fueron consagrados como beatos por la iglesia católica, en reconocimiento de sus virtudes cristianas y sus milagros de fe.
Por otra parte el edificio del viejo colegio religioso, que se distingue en el paisaje urbano de Viedma por su alta torre con reloj, fue una de las pocas construcciones que logró mantenerse erguida cuando en el invierno de 1899 la población de Viedma fue arrasada por una creciente de las aguas del río Negro. Una parte del inmueble fue donada por la orden salesiana a la comunidad de Viedma, en 1986; pero el sector de las aulas del colegio fue vendido por los religiosos a un particular, en 1992.
La ley de expropiación fue aprobada hoy, en primera vuelta parlamentaria, con el voto unánime de todas las bancadas de la Legislatura rionegrina. En ese sentido el titular del cuerpo y vicegobernador provincial, Bautista Mendioroz, dijo que "esta ley posibilita la recuperación, para dominio público, de un bien histórico que en su momento mereció la correspondiente declaración nacional". "Creo que hemos cumplido con una reparación para Viedma y toda la provincia de Río Negro, en cuya capital se asienta gran parte de la historia de la Patagonia" añadió.
Fuente: Télam