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Pecados capitales en pugna: avaricia vs. soberbia | ||
El último pedido eclesiástico de "un gesto de grandeza" de la presidente Cristina Fernández de Kirchner para destrabar el conflicto del campo, derivó en una fuerte polémica pública sobre la calidad de dos pecados capitales: avaricia y soberbia. La primera mandataria lanzó la primera piedra al acusar a los productores agropecuarios de pecar de avaros por prolongar una protesta cuando sus ganancias fueron altamente rentables. "Sean más solidarios porque la avaricia es el peor de los pecados que condena Dios", advirtió la jefa de Estado. La réplica no tardó en llegar y vino de la mano del titular de Cáritas Argentina, monseñor Fernando Bargalló, quien ya chocó con funcionarios de gobierno por los niveles de pobreza en el país. El prelado ensayó una suerte de cátedra radial sobre los pe cados capitales, a modo de respuesta a esos dichos y, además de permitirse una corrección fraterna, deslizó que en ocasiones la presidenta incurre en la soberbia. "La avaricia es algo que cierra el corazón y es un pecado sobre el que tenemos que trabajar y transformar. No diría que es el más grave, el más grave es sin duda la soberbia", sentenció Bargalló, contradiciendo la afirmación de Cristina Fernández. Y fue más allá todavía al precisar que "la soberbia, de los pecados capitales, es el que más nos encierra a nosotros mismos, nos aleja de Dios y del prójimo". En tanto, el Catecismo de la Iglesia Católica subraya que la avaricia es "la inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones", mientras que la soberbia consiste en "una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios". Pero acota que la soberbia no es sólo el mayor pecado que cometen los seres humanos, sino la raíz misma del pecado. (DyN) | ||
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