BUENOS AIRES (DyN) - Ante la presencia de decenas de colegas y amigos, fueron inhumados ayer en un cementerio privado de la localidad bonaerense de Pilar los restos del periodista Bernardo Neustadt, quien falleció el sábado a los 83 años.
Los presentes arrojaron pétalos de rosa sobre el césped, ubicado en la manzana 24, sector b, del cementerio, en donde se inscribió, como había pedido el polémico comunicador social, la leyenda "Aquí yace un hombre que ayudó a pensar".
Su última pareja, Adriana Díaz Pavicich, dijo escuetamente, quebrada por la emoción, "gracias por todo lo que nos dio a todos los que estamos acá". Mariano Grondona, su compañero de trabajo por décadas en el ciclo político "Tiempo Nuevo", aseveró que "no eligió el periodismo, fue elegido por el periodismo". Visiblemente quebrado, aseguró en su mensaje durante la ceremonia que "la respuesta a esta vocación por la Patria seguirá en todos los que lo conocimos".
El escritor Marcos Aguinis recordó que "decían que fluctuaba según el poder, pero yo creo que su pensamiento fluctuaba según los desencantos que generan muchos poderes". "Era un mago por sus preguntas, por sus asociaciones. Los periodistas que lo respetan o que lo calumnian, le deben enseñanzas", afirmó el pensador.
También criticó que Neustadt "sus últimos años los pasó en el ostracismo, porque no se le permitió hablar por televisión. El decía que se sentía como un volcán sin lava". Otro allegado, que participó de las palabras finales, le deseó que su amigo, el fallecido músico Astor Piazzolla, lo reciba "con su fuelle", al tiempo que propuso tararear el tango "Fuga y misterio", que utilizó como cortina musical de "Tiempo Nuevo".
También se recordó, de parte de uno de los presentes, su "obsesión por el futuro, por que las cosas pueden ser mejores, y su negativa a eso tan argentino de que todo tiempo pasado fue mejor".
Previamente, otros tantos conocidos del fallecido se habían acercado a la vivienda que poseía en la localidad de Martínez (bautizada "Tiempo mío"), para participar del velatorio. Neustadt falleció cerca del mediodía, precisamente en el Día del Periodista, de un paro cardíaco, cuando, se aseguró, redactaba en su computadora su nota semanal para el diario Ambito Financiero.
Raúl Siders, párroco del colegio San Vicente de La Plata, al que concurrió Neustadt durante su niñez, realizó el oficio religioso previo a la inhumación de los restos del periodista.