WASHINGTON (AP) - Barack Obama es el virtual candidato presidencial demócrata y ya fue respaldado vigorosamente por su ex rival Hillary Rodham Clinton, pero aún enfrenta el desafío de atraer a la base electoral de la senadora por Nueva York en su lucha contra el republicano John McCain.
Clinton suspendió su campaña y el sábado reconoció que su rival demócrata había ganado y que "pienso darle mi pleno apoyo'' en un discurso de 28 minutos donde mencionó en 14 ocasiones al senador por Illinois.
Si bien Obama y Clinton prometieron durante la campaña que los demócratas estarían unidos a la hora de luchar contra John McCain, las encuestas evidencian por ahora que muchos de los 18 millones de electores que apoyaron a la ex primera dama, no están plenamente convencidos aún de seguir ese camino en noviembre.
Las encuestas indican que Obama enfrentará una lucha difícil para conquistar a las mujeres que respaldaron a Clinton y que fueron quizás el bloque político que le brindó un apoyo más leal en su frustrada campaña por convertirse en la primera mujer en conquistar una nominación presidencial.
Obama también deberá atraer a otro bloque que -según Clinton se encargó de recordar- no pensaba votar por un afro-estadounidense: "los obreros blancos''.
El virtual candidato presidencial demócrata elogió profusamente a Clinton, y dijo que había realizado "una valiente e histórica campaña''. Luego de felicitarla, comenzó a planear una estrategia para las elecciones de noviembre. Obama, y su rival republicano, John McCain, entraron de lleno en la recta final de la carrera hacia la Casa Blanca, que el 4 de noviembre definirá al próximo mandatario de la nación más poderosa del planeta.
Del lado republicano, McCain, de 71 años y ex combatiente en Vietnam, espera consolidar su imagen de hombre experimentado, sobre todo en el tema de la guerra de Irak y Afganistán, temas al que el republicano dio gran centralidad durante su campaña. El senador por Arizona deberá hacer otro tanto por atraer a los decepcionados seguidores de Clinton, así como a los sectores que por razones raciales dudan sobre a quien dar su voto, aunque para esto deberá hacer malabarismos para distanciarse de la impopular imagen del presidente George W. Bush.