BEIRUT (AFP) - El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió en Beirut reconciliación y diálogo tras una crisis política que degeneró en combates sangrientos, mientras en París se anunciaba el próximo envío de dos emisarios a Siria tras meses de suspensión de las relaciones franco-sirias.

Durante su visita de apenas unas horas, Sarkozy declaró que el nuevo presidente libanés, Michel Suleiman, tenía "la gran responsabilidad de llevar a término esta reconciliación nacional" iniciada en mayo.

Esfuerzos por una reconciliación

Sarkozy es el primer jefe de Estado occidental en reunirse con el nuevo presidente libanés, cuya elección el 25 de mayo cubrió una vacante de seis meses en la jefatura del Estado de un país sumido en una crisis política de año y medio.

La crisis entre la mayoría parlamentaria antisiria, apoyada por los países occidentales, y la oposición, liderada por el movimiento shiita Hezbolá y respaldada por Siria e Irán, degeneró el mes pasado en actos violentos intercomunitarios que se cobraron 65 vidas antes de que los dos bandos alcanzaran un acuerdo el 21 de mayo en Doha (Qatar). Francia, ex potencia colonial, había emprendido una mediación en el país de los cedros después de la elección de Sarkozy en mayo del 2007, aunque fue en vano y París acusó a Damasco de bloquear la elección de un jefe de Estado. La designación del general Suleiman permitió reactivar los esfuerzos de reconciliación franco-siria.