La ex primera dama, que el martes pasado todavía se declaraba la candidata más fuerte, dio a Obama su apoyo incondicional y cambió de papel, de adversaria resuelta a aliada absoluta. ``La manera de continuar nuestra lucha ahora para cumplir los objetivos que representamos es volcar nuestra energía, nuestra pasión y todos nuestros esfuerzos para ayudar a elegir a Barack Obama como próximo presidente de Estados Unidos'', dijo ante una multitud de partidarios que atestaron el Museo Nacional de la Construcción, no lejos de la Casa Blanca que anheló ocupar como mandataria. Unos 18 millones de personas votaron por ella; ninguna mujer se había acercado tanto a una candidatura demócrata o republicana. Su esposo el ex presidente Bill Clinton y su hija Chelsea subieron con ella al estrado antes del discurso. Fuente: AP |