Quizás a ningún otro estadio del mundo lo acompañe un halo de leyenda tal como al del Maracaná, "o mais grande do mundo", siguen diciendo los brasileños, inaugurado en 1950.
Boca pasó por allí tres veces, con suerte diversa y en partidos de diferente importancia: perdió dos y ganó. El debut fue inolvidable: era la primera vez que un equipo argentino llegaba a la final de la Copa Libertadores y allí esperaba el mítico Santos de Pelé, que había trasladado hasta allí su localía.
Aquel 4 de setiembre de 1963, en una ráfaga de diez minutos, entre los 18 y los 28, con dos goles de Coutinho y uno de Lima, los brasileños se adelantaron. Santos estaba 3-0, pero el Nene Sanfilippo descontó a los 42 primero, y ante del final estampó un definitivo 2-3 promisorio. Pero a la semana siguiente, Santos ganó 2-1 en La Bombonera y alzó la Copa.
Las otras dos presentaciones de Boca en el Maracaná son mucho más cercanas y la primera de ellas data del 1° de mayo de 1991 por los cuartos de final de la Libertadores, cayó por 2 a 1 ante Flamengo.
Ya en tiempos de Carlos Bianchi, el 2 de setiembre de 1998, Boca volvió a enfrentar a Flamengo en Maracaná por la primera fase de la Copa Mercosur, venciendo 2-0 a un "Fla" en que jugaba Romario (ya lejos de su mejor versión), con goles de Emiliano Rey a los 19 del primer tiempo, y de Aníbal Matellán a los 38 del segundo, con un estupendo tiro libre.