Lunes 02 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 17 > Opinion
ENTREVISTA A ALFREDO DE ANGELI, DIRIGENTE RURALISTA: "El interior se está cansando de los gobiernos nacionales"
Alfredo de Angeli está persuadido de que uno de los saldos más positivos que dejará la crisis que jaquea a la Argentina es el convencimiento de que se tornan imprescindibles profundas modificaciones del vínculo entre el interior y el poder central.

-Por un momento, De Angeli, imaginemos que la crisis se superó. ¿Qué va a pasar con su vida después de este entrevero?

-Lo que pasó siempre: seguir trabajando, siempre comprometiéndome con la lucha de la gente. Éste soy yo.

-Pero no es un "yo" cualquiera, es un "yo" que ha adquirido una proyección nacional importante en un marco de crisis.

-Mire, a mí me descubren ahora, especialmente la prensa, pero tengo una larga militancia en muchos temas regionales e incluso nacionales, como es el caso de las pasteras.

-¿La política lo vendrá a buscar? Está famélica de dirigentes, la oposición fundamentalmente. ¿No será usted un nuevo Blumberg?

-Yo estoy en una lucha concreta: luchar por el campo, por la producción. Vale dónde estoy ahora. Por lo demás, no vengo de la política y...

-No venir de la política es neutro si la política le viene a uno. ¿Usted no militó en el PCR?

-No. He escuchado que eso lo dicen por ahí. Yo he militado en cuestiones de mi pueblo, mi provincia, mi país, pero desde afuera de la política.

-Pero tiene amigos importantes en la estructura de la izquierda maoísta; Juan Echeverría, por caso, que lidera la Federación Agraria de Paraná. Y, coincidentemente, el diario del PCR lo alaba mucho a usted, al margen de respaldar la lucha del campo.

-Tengo amigos en todos los lados de la política, incluso en el kirchnerismo... en la izquierda, en la derecha, en todos lados.

-¿Es católico?

-Creo en Dios.

-¿No fue una exageración decir que usted se arrodilla ante Dios pero no ante los tiranos? ¿Se refería a Kirchner?

-Yo no lo dije por él ni por el kirchnerismo... lo dije en relación con la predisposición a luchar que tenemos quienes estamos en esto.

-Pero todas sus palabras, sus discursos, están siempre llenos de épica, de mucha épica... "Nos van a tener que matar de pie", "No somos flojos", "Prefiero ver a las vacas muertas antes que regalarlas". ¿No les mete mucha pulsión de muerte y de extremos a sus palabras? En política con la emoción se construye un tramo, no más...

-Pero yo no hago política. Yo no niego que en medio de este problema, bueno... a veces a uno se le va el pico. Me pasó con la presidenta y bueno, he pedido disculpas. Pero también hay que entender a la gente del campo: estamos hartos de que los gobiernos nacionales decidan sobre nosotros, sobre nuestro trabajo... ¡que no nos consulten, que no nos tengan en cuenta! ¡Hartos! ¿Qué le hubiese costado a la presidenta Cristina, con todo el poder que heredó, desde ese mismo poder palpar cómo estaba el ánimo del campo antes de tomar decisiones, bajarlas casi como reclamando que bajáramos la cabeza? ¡Y acá está el resultado: no bajamos la cabeza!

-Eso suena a su comprovinciano "Pancho" Ramírez...

-¡Lo admiro! ¡También a Urquiza!

-Pero en Pavón, Urquiza aflojó ante Mitre y el interior perdió una gran oportunidad de acumular poder decisivo para manejarse con el poder central.

-Sí, pero los entrerrianos le debemos mucho a Urquiza. ¿Sabe lo que va quedar de toda esta lucha del campo, lo que va a quedar para el futuro?

-No, no sé.

-¡Que el interior comenzó a decirles "basta" a los gobiernos nacionales, cualquiera sea su bandera! Basta de coparticipar con cuentagotas, basta de sacar y llevarse recursos hacia vaya uno a saber qué lugares... ¡basta! ¡Es mejor que vayan tomando nota!

-¿Cómo se soluciona esa crisis?

-Volviendo al 10 de marzo, volviendo a la situación previa a la toma de decisión de aumentar las retenciones móviles.

-¿Por qué tendría que hacerlo el gobierno si pareciera que puede haber otros caminos para zanjar el problema?

-Porque, si no, va a seguir perdiendo poder. Cuánto más fácil hubiese sido que aceptara ya hace tiempo que se equivocó, antes de seguir emperrado por el camino elegido.

-Ese emperramiento, ¿qué le dice a usted a la hora de interpretarlo, de encontrarle sus razones?

-No lo entiendo, a no ser que le guste sumarse y sumarse problemas, lo cual sería muy, muy... no sé.

-De Angeli, a la hora de hablar de soluciones, su discurso suele emerger como muy mecanicista, muy carente de argumentaciones que hagan a la complejidad de la situación. ¿Usted cree que le sería fácil al gobierno volver al 10 de marzo?

-No, por supuesto que no. No les sería fácil porque les tocaría su orgullo, les parecería que pierden poder, pero ¿sabe una cosa? ¿Cuánto poder e imagen recuperarían aceptando que se equivocaron?

-¿No cree que la crisis se salió de madre como para volver a aquel punto?

-Es cierto, es una cuestión a tener en cuenta, pero peor es que sigan con lo que están haciendo. Esto está cada día más, más... y cada día el gobierno suma más soberbia; si no, ¿cómo se entienden las medidas anunciadas el jueves? No dicen nada, no van al hueso del problema. Hacer ese anuncio de nada es un acto de soberbia destinado a tomarnos el pelo. Y sí, esto está cada vez más, más...

-¿Más qué?

-Más duro.

-¿Usted cree que el kirchnerismo quiere sangre, como dice Carrió?

-No, no. Además, el campo no está en eso. Somos gente de laburo y tenemos memoria.

-¿Qué quiere decir con eso de la memoria?

-Que queremos luchar en paz por nuestros intereses, que no son otros que los de todos los argentinos. ¿Cuántos pueblos y pueblitos viven del campo en este país? ¿Usted sabe toda la experiencia que sufrió el campo cuando esos socios terribles que fueron Menem y Cavallo liquidaron más de 90.000 productores, levantaron vías, cerraron pueblos...?

-¿Hay muchos intereses encontrados entre las entidades rurales?

-Por supuesto, pero también es cierto que en relación con las retenciones, bueno, actuamos cohesionadas. No es malo que haya diferencias, lo malo sería que eso nos impidiera juntarnos, analizar, buscar puntos en común.

-Hay sueños dando vueltas que apuntan a que de esta protesta nazca un partido político, un partido agrario. En realidad, el agro siempre tuvo un partido en lo que a productores medios se refiere: la UCR, que hoy está en liquidación, mientras que los trabajadores rurales en general fueron tras el peronismo, especialmente después de la sanción del Estatuto del Peón de Campo, allá a fines de los '40. Pero también es cierto que los partidos de origen agrario que hubo en el continente surgieron en países con fuertes desequilibrios en cuanto a la tenencia de la tierra, cosa que aquí está muy amortiguada. ¿Qué opina en relación con la creación de un partido agrario?

-No sé, sólo escuché sobre eso, y no mucho. Lo que creo es que el campo, para ser fuerte, para tener una voz que ronque fuerte, no se debe confundir mucho con otras cuestiones, pero debe seguir fortaleciendo sus entidades, que evidentemente sirven, como se está demostrando ahora.

Objeto de estudio sociológico

Tiene 51 años y nació en María Grande –un caserío entrerriano– con su hermano mellizo, un mellizo tan igualito que la gente de Gualeguaychú, donde viven, los sigue confundiendo. Juntos trabajan no menos de 100 hectáreas propias y 600 que arriendan.
Verborrágico y con una piel muy sensible a los estados de ánimo, lo cual lo lleva a ponerse rojo en segundos, desde la presidencia de la Federación Rural de Entre Ríos Alfredo de Angeli mantiene su postura contra viento y marea: para solucionar la crisis, el gobierno debe retrotraer la situación al 10 de marzo, cuando subió las retenciones móviles.
Mientras tanto, su accionar, su despliegue a la hora de confrontar, es reflexionado por los sociólogos y politólogos dado el protagonismo que alcanzó. De él dice, por caso, la socióloga Inés Izaguirre: “Ha emergido como un líder político, que está descubriendo la posibilidad de llegar a otros lugares desde el suyo. Además, tiene las capacidades y las condiciones para ser líder. Y les habla a sectores que, más allá de las diferencias, se parecen en que no se cansan de mirarse a sí mismos y que, si miran el conjunto, lo hacen sólo en su provecho”. Otro sociólogo, Torcuato Di Tella, sostiene que De Angeli “es parte de un fenómeno en el que la clase media se va alejando del kirchnerismo, cosa inevitable si el gobierno va a seguir con su trayectoria de defensa popular, aunque al no ser omnipotente no puede hacer todo lo que desearía. Una sociedad es como una máquina que se maneja con una ‘cienmanijas’ y ningún gobierno puede controlar más que veinte o treinta, así que tiene que tener cuidado con lo que hacen los otros”·

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@rionegro.com.ar

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí