Las comisiones de fomento de Río Negro administran casi cuatro millones de pesos sin control. Sus titulares, que son elegidos directamente por el gobernador, son los encargados de brindar servicios a las pequeñas comunidades dispersas en la provincia, muchas de ellas escenario de múltiples carencias y necesidades de sus pobladores.
"Ni la ley de coparticipación ni la de comisiones de fomento establecen los mecanismos para la rendición de ese dinero", argumenta el director de Comisiones de Fomento, Carlos González.
"Los comisionados tienen las facturas de todos los gastos que hacen y ahora se están preguntando dónde tienen que rendir eso. Los municipios tienen contralores pero nosotros tenemos un gaucho del pueblo, un buen vecino, pero no un contador para que rinda. Habría que capacitarlos para eso", intenta defender el funcionario del que dependen las 37 representaciones del gobierno provincial.
Denuncias de vecinos de los parajes motivaron la intervención de la defensora del Pueblo, Ana Piccinini, quien elevó sus dudas al fiscal de Investigaciones Administrativas Pablo Berraz, quien la semana pasada confirmó que ha requerido informes a los organismos intervinientes para determinar si existen o no irregularidades en el accionar de los funcionarios.
Los fondos que administran los comisionados representan el 40% de una partida de la coparticipación que se compone por otro 20 del que dispone el propio director, 20% del fondo compensador de la Línea Sur y 20% más para Asistencia Técnica. Ese dinero -que para el 2008 rondará los 3,6 millones de pesos anuales y que se divide en partes iguales entre las 37 comisiones- se destina a atender las demandas de cada población, mientras que el que maneja González -cerca de un millón y medio- permite financiar proyectos y cubrir necesidades especiales.
Otros aportes
A estos montos coparticipables se agregan los aportes que hace el Ministerio de Educación para refacción y mantenimiento de escuelas, que este año se establecieron en más de 47.000 pesos mensuales para dividir entre las comisiones, y otros envíos extraordinarios provenientes de diferentes organismos del Estado rionegrino.
El año pasado, por caso, la Subsecretaría de Tierras aportó 415.000 pesos para la refacción de viviendas, cuya administración también corrió por cuenta de los propios comisionados.
Las comisiones de fomento son delegaciones del Poder Ejecutivo provincial y son coordinadas por la Dirección que conduce González, incluida en la órbita del Ministerio de Gobierno. Sus obligaciones son cuidar la limpieza e higiene pública, establecer servicios públicos, fijar las tasas retributivas, propender a la creación de fuentes laborales y promover el desarrollo. Sus facultades son, en tanto, aplicar multas, disponer intimaciones, ordenar clausuras y en general realizar los actos necesarios para ejecutar y hacer cumplir las ordenanzas y las resoluciones dictadas por ese ministerio. Pueden disponer de tierras fiscales ad referéndum de la Dirección de Tierras y además son representantes de todas las carteras del Estado frente a cada comunidad, según se establece en la Ley que las conformó y sus decretos reglamentarios.
González sostiene que los fondos que administran los comisionados son insuficientes para llevar adelante las múltiples tareas que deben desempeñar. "Estamos tratando de meter presión para ver si la Legislatura puede destinar un poco más de coparticipación. Vamos a plantearle a los diputados, cuando vengan los comisionados, que esto es una vergüenza. Cómo un pueblo metido donde empieza el mundo va a disponer de 6 ó 7.000 pesos cuando los comisionados tienen que comprar combustible, poner personal para que atienda los motores para dar electricidad, ir en vehículos a buscar combustible, comprar repuestos, dar ayuda social a chicos que no tienen zapatillas para ir a la escuela. Con eso no alcanza", asegura el funcionario.
Complicada será la gestión de esos fondos si tal como admitió el propio director, su rendición transparente y clara no es posible por parte de los representantes del Ejecutivo provincial en cada una de las pequeñas localidades que subsisten desperdigadas en la amplia geografía rionegrina.
PEDRO CARAM
pcaram@rionegro.com.ar