Domingo 01 de Junio de 2008 Edicion impresa pag. 19 > Municipales
LA SEMANA EN SAN MARTIN DE LOS ANDES: Fiebre

Por lo común, la fiebre indica una estimulación del sistema inmunológico, por la presencia de un agente infeccioso. Siempre que no supere cierta temperatura corporal, la fiebre es evidencia de un organismo que intenta defenderse. Y eso está bien, aunque hay fiebres y fiebres...

Por ejemplo, la intendenta Luz Sapag exhibe por estos días una cierta fiebre licitadora, pero con diagnósticos diversos. Primero, el aeropuerto; ahora el hotel Sol y, próximamente, la terminal de ómnibus. Días atrás, el secretario de Turismo calificó al Hotel Sol como un "Warnes" sanmartinense, y tiene razón. Ese edificio emblemático quedó reducido a una estructura vacía, enferma, saqueada. Pero el saqueo no es nuevo. Comenzó hace años, cuando el antiguo subconcesionario se fue entre gallos y medianoche.

Luego, para ese esperpento metido en las alturas del cerro sobrevino el convenio de la administración Sobisch con la Universidad de Valencia y el Centro Internacional de Educación para el Desarrollo, que se instaló en la renovada planta basamento del inmueble. El resto del abandonado edificio debía entregarse a una empresa para la reconversión en un hotel escuela y centro de convenciones. Para esa obra había crédito neuquino. En 2006/07 se entregó el primer tramo del dinero y comenzaron los trabajos.

La empresa elegida se dedicó a romper todo sin reconstruir nada, hasta abandonar la tarea, se dijo, por "diferencias contractuales". Mientras tanto, la tierra lindante fuer ocupada por gente de escasos recursos, y se convirtió en una villa precarizada. Pues bien, el municipio firmó un convenio con la provincia (propietaria del predio) para asumir la custodia, antes de iniciar la ya también acordada transferencia definitiva de las instalaciones.

La intendenta Sapag pretende licitar lo que queda del edificio y sus casi tres hectáreas en esa hermosa bandeja del cerro Comandante Díaz, en sintonía con inversores interesados en construir un hotel de alta gama. Y en los próximos días iniciará un plan de reordenamiento de las tierras.

Un desarrollador de proyectos, en charla de café, admitió que de seguro habrá interesados. "En el casco histórico, hoy, ya no hay lugar para un proyecto de hotel de alta calificación y 60 habitaciones, pero ese sitio tiene todo: accesos, pavimento, vistas", dijo.

Distinto es el caso de la nueva terminal de ómnibus, que también se pretende licitar. Allí, las cosas están más vidriosas porque no abundarían los oferentes. Para sortear la estrechez se piensa en un gambito que, como en ajedrez, consiste en cambiar una pieza por una posición más ventajosa: el inversor haría una moderna terminal a su costo, pero se quedaría con el predio de la actual estación, frente al lago Lácar, para desarrollar allí algún emprendimiento.

La idea está apenas en ciernes y puede que encuentre interesados, pero no es seguro que los vecinos se traguen esa píldora sin más, tratándose de un área tan sensible, de la que ya una vez se echó al mismísimo casino. Es que no todas las fiebres son iguales.

 

FERNANDO BRAVO

rionegro@smandes.com.ar

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