VIEDMA (AV)- Lo primero que le llamó la atención fue la baja estatura y la apariencia física del muchacho que caminaba cerca suyo. Rápidamente le volvieron a la memoria las imágenes del sábado de la semana pasada cuando a las 14.45, un joven de similares características ingresó a la heladería en la que él trabaja y, a punta de pistola, lo obligó a retirar de la caja todo el dinero y entregárselo.
Apuró sus pasos y descubrió aquel tatuaje que desde ese día le había quedado grabado a fuego. No dudó, lo interceptó y, se trenzaron a golpes. Policías que circulaban por la zona intervinieron velozmente en la gresca y, tras las averiguaciones de rigor, pudieron detener al presunto delincuente, que ayer permanecía alojado en la Comisaría Primera de Viedma.
El empleado de la heladería ubicada en la esquina de Alvaro Barros y Rivadavia, en pleno centro de la ciudad, pudo de esta manera resolver lo que hasta ese momento no había podido concretar la policía.
La casualidad de encontrarse en la calle en la mañana de ayer con la persona a la que reconoció como autor del atraco sucedido una semana antes, permitió que el supuesto ladrón fuera capturado.
El hecho había ocurrido el sábado anterior, poco antes de las 15. Ese día, mientras el empleado se encontraba solo en el comercio, el delincuente ingresó a cara descubierta, extrajo un arma de entre sus ropas y apuntándole lo condujo hasta la caja.
Mientras el empleado sacaba el dinero, el ladrón se ocultó detrás de una cortina roja que hay en el local.
La recaudación era escasa aún. Apenas 204 pesos llegaron a las manos del delincuente que exigía más. Pero no había. "Bueno, quedate acá y contá fuerte", le dijo al empleado y mientras, volvió hacia la puerta y se perdió en el centro de la ciudad.
Ayer, todo aquello volvió a hacerse realidad cuando imprevistamente el joven hela
dero se lo cruzó en la calle y resolvió intervenir.
Las fuentes policiales consultadas indicaron que después de alcanzarlo y en medio de insultos le propinó una golpiza.
Por otro lado, se conoció que el viernes por la tarde en un operativo realizado en cercanías del barrio 1016 Viviendas se secuestró un revólver calibre 22 largo.
La idea de la Policía es intentar dar con las armas que se han utilizado reiteradamente en varios atracos en distintos puntos de la ciudad. El jueves por la noche, por caso, aparentemente dos menores de edad asaltaron a mano armada un supermercado del barrio San Martín llevándose una importante suma de dinero. Apuntaron al carnicero y luego se retiraron con el botín. Una empleada estuvo muy alterada por los nervios y se vivieron escenas de dramatismo en el lugar. Allí hace algunos años hubo otro atraco en el que murió una de las encargadas del lugar. Hecho que aún no ha sido dilucidado.