Una de las Madres neuquinas de Plaza de Mayo, Lolín Rigoni, sostiene que es falto de lógica decir "nunca es tarde cuando la dicha es buena", porque la dicha siempre es buena. El proverbio se ajusta a la lógica si dice "nunca es tarde cuando la dicha llega". Tiene razón.

¿A qué viene esta introducción? Viene para comenzar con una palabra autorizada, una digresión sobre que, en materia de información pública, los periodistas neuquinos que nos ocupamos del caso Temux, particularmente en su vínculo con Damovo SA -la principal empresa entre las contratadas para poner en marcha el Plan Integral de Seguridad (PIS) de Jorge Omar Sobisch (JOS), Luis Manganaro "et altri"- somos unos desdichados. Hambrientos de información oficial, cansados de invocar el derecho constitucional a la información que cambió solamente su numeración -antes 20, ahora 25- porque quedó ratificado en la convención del 2006, pero siempre inaplicable por falta de reglamentación, los periodistas nos arreglamos como podemos. A veces, como en estos días, unas migajas como las recibidas por legisladores opositores del Tribunal de Cuentas, nos dan aliento para seguir.

No se trata, conviene aclararlo, de que el gobernador Jorge Augusto Sapag (JAS) -a quien va respetuosa, cortés y amablemente dirigida esta nota- nos haga dichosos, como hacía su antecesor con algunos medios y "periodistas", mediante generosos aportes oficiales. Hablando en plata, lo que le pedimos no le costará nada. Sólo le pedimos que levante el secreto que pesa sobre todos los papeles (en el lenguaje oficial "reservados") del PIS. Si por algún otro motivo que no sea el del gasto, le cuesta, que lo diga y ya está.

¿Qué sabemos ahora, desde que, en el 2004 y con Manganaro en el timón, el PIS se puso en marcha? Por empezar, nunca dejamos de ver que el 2004 fue un año pródigo en acontecimientos. Hubo mucho más que un plan de seguridad presupuestado en la bonita suma de 50 millones de dólares, pagaderos sin retenciones (aunque tal vez con algún reintegro). Fue ése el año en que se proclamó y puso en marcha la campaña presidencial del hoy desaparecido JOS (quien sueña todo el tiempo con maestros que se lo quieren comer) y de la alianza política del susodicho JOS con Mauricio Macri en Villa La Angostura. También en el 2004 el entonces jefe del "gobierno anterior" (como le gusta decir a JAS para no nombrar a JOS), recorrió el mundo para conseguir inversores que se interesaran en invertir en Neuquén y tuvo éxito, porque todos le dijeron de su interés, particularmente respecto del ferrocarril trasandino. Fue realmente notable que tanta gente se interesara, sospechamos que no sólo por los proyectos que les llevaron, sino también porque se hallaban ante quien podía llegar a ser presidente de la Argentina.

El poder trampea y engaña. No se puede llegar a conquistarlo, ni mucho menos a ejercerlo, sin el ocultamiento o sin el engaño abierto. Por lo general los políticos prescinden del engaño abierto y descarado cuando preparan la conquista, porque se les puede volver en contra si no cumplen. Pero hay quienes lo practican. El mejor ejemplo a la mano es Carlos Menem, un cultor del desparpajo que prometió salariazo y revolución productiva.

El periodismo responde a la trampa y al engaño con la duda, un principio básico no ya y solamente de la investigación periodística, sino del ejercicio de esta profesión y, antes que todo, del conocimiento. Mucho más cuando se trata de 50 millones de dólares, que no se adjudicaron por licitación pública sino en forma directa. Eso significa, supuestamente, que quien decide le dice al responsable de poner en marcha el plan: "El contrato de 25 millones se lo das a fulano, el de seis a mengano y el de cuatro a zutano". Uno no puede menos que dudar, sobre todo cuando, para colmo, a ese "uno" se le presentan enviados a Neuquén de otras empresas que cuentan con reconocimiento internacional para quejarse de que quisieron concursar y ni siquiera los recibieron.

Llegamos así, con alguna información más que hicimos llegar al público, a este año, ya con otro gobierno, el de JAS. Puede que por el cambio, y por ciertas señales de enfrentamientos entre JAS y la "Brancaleone", algunos que saben, desde un prudente anonimato, comenzaron a enviar información a periodistas y políticos. Fue entonces cuando nos sorprendió la noticia de que en febrero del 2005 el presidente de Damovo, la contratista principal, José Requejo, no había parado de poner plata, mucha, en la cuenta de Temux.

¿Y eso?, nos preguntamos. Vino en nuestra ayuda la presidenta del Tribunal de Cuentas, Violeta Mandon, porque su informe dice que el 28 de enero del 2005 Damovo recibió un primer pago de 22 millones. Me atrevo a preguntar: ¿será ése el dinero que fue a dar a las cuentas de los dueños de Temux?

El gobernador tiene el deber de levantar el secreto que sustrae la documentación al conocimiento público. Es mucha plata, señor. Se podría, tal vez, iniciar con esa masa de dinero, que fue a dar a no puedo decir dónde porque aún no tengo forma de probarlo, un plan de construcción de viviendas populares que diera un techo a quienes no lo tienen. Ya son demasiadas las veces en que hombres, mujeres y niños mueren quemados en albergues de cartón y nailon fácilmente combustibles. Tan fácil que ni tiempo hay para escapar. No hace falta estar atado a una cruz, como les pasaba a las víctimas de la Inquisición.

A esa responsabilidad el gobernador debe unir otra, política. Porque él fue aliado del "gobierno anterior", con toda su familia, salvo alguna femenina excepción. Y tuvo cargos: primero ministro de Gobierno de 1991 a 1995, luego vicegobernador de 1999 al 2003. Eso lo hace doblemente responsable.

JORGE GADANO

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