La justicia ya comenzó a buscar pruebas para saber si el ex presidente Carlos Menem encubrió al empresario Alberto Kanoore Edul cuando las sospechas lo apuntaban en la causa AMIA, aunque para el propio fiscal de la causa aún no existirían elementos para evaluar su detención.
En ese sentido, el fiscal Patricio Evers emitió un dictamen tras recibir la presentación que hizo hace una semana el titular de la Fiscalía Especial de la AMIA, a cargo de Alberto Nisman, donde se reclamó la detención de Menem, el ex juez Juan José Galeano, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, su segundo suyo y un alto jefe de la Policía Federal.
En su dictamen conocido ayer, Evers le pidió al juez federal Ariel Lijo, a cargo de la investigación por el encubrimiento de la causa, que dé impulso a la denuncia pero no solicitó indagatorias ni detenciones porque a su criterio "aún no hay prueba suficiente para avanzar en ese sentido", dijeron fuentes judiciales allegadas al representante del Ministerio Público.
En procura de esa pesquisa, se le solicitó al juez que envíe un oficio a la presidencia de la Nación para avanzar en la investigación de la denominada "pista siria" y "para que informe qué personas desempeñaban funciones en la Dirección General de Audiencias y quien era el procurador General de la Unidad Presidente en julio y septiembre de 1994", según se detalló en los tribunales. Y con vistas a establecer si las manifestaciones de Nisman son atinentes, Evers pidió copias de las declaraciones y allanamientos hechos sobre los Kanoore Edul, los testimonios y las carpetas desclasificadas de la SIDE y la citación a declarar del ex prosecretario de la causa AMIA Claudio Lifschitz, dijeron los voceros.
El 22 de mayo pasado, Nisman, titular de la Unidad Especial AMIA, pidió que se investigue y se arreste al ex presidente Menem, a su hermano Munir, al ex jefe de la SIDE Anzorreguy, al ex subdirector de ese organismo Juan Carlos Anchezar, al ex comisario de la Policía Federal Jorge "Fino" Palacios y al ex juez Galeano. A todos les imputó conformar un entramado de complicidad para no avanzar en una de las primeras pistas aparecidas con posterioridad al atentado a la AMIA, que involucraba al comerciante de origen sirio Alberto Kanoore Edul. (DyN)