Martes 27 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 48 > Sociedad
Bariloche tiene su parque jurásico
Arcosauria ofrece réplicas de criaturas prehistóricas. El lugar ofrece una aventura natural y también artística.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Arte, naturaleza e imaginación se conjugan para dar vida a Arcosauria, un parque turístico de singulares características ubicado a la vera de la ruta de ingreso a la ciudad. A tan solo once kilómetros del centro local un simpático "dino" le da la bienvenida a turistas y residentes.

El Rebenque se transformó en cuna de once réplicas, esculpidas en tamaño real, de los personajes más destacados de la prehistoria patagónica. El emprendimiento abrió sus puertas el 26 de marzo pasado y fue encarado por las familias García, Bertedor y Alfonso obtuvo como resultado un parque turístico único que promete un viaje a través del túnel del tiempo situándose en el período pérnico tardío, es decir, el fin de la era Paleozoica y principios de la Mesozoica.

En ese punto de la recta histórica surgieron los "Arcosaurios", grupo que abarca a dinosaurios, aves, pterosaurios y cocodrilos.

El recorrido, que comienza por un sinuoso sendero, se desarrolla a bordo de un doble tracción descapotado llamado "guerrero" , que ya representa una aventura en si misma para grandes y chicos. Al llegar a un claro, los visitantes descienden del vehículo para continuar explorando la estepa, los bosques achaparrados, y los numerosos arroyos y canales. Allí, y a medida que avancen se encontrarán con las impactantes criaturas, obra del escultor Ernesto Bertedor, quien actualmente se encuentra trabajando sobre lo que será el nuevo integrante de esta gran familia de dinos, el Argentinosaurus de 14 metros que se convertirá en la pieza más grande del parque.

Es un reconocido escultor argentino nacido en Rosario hace 62 años. Entre sus múltiples y destacados trabajos se destaca que talló unas 3.000 esculturas de caballos. Las piezas fueron expuestas en salones individuales de galerías de arte de Francia, Italia, España, Venezuela y México. También realizó obras monumentales que se encuentran emplazadas en lugares públicos, iglesias y colecciones privadas de argentinas y del extranjero.

Por su gran destreza en el manejo de motosierras fue contratado por firmas fabricantes de estas herramientas en reiteradas oportunidades para realizar esculturas en público.

Entre sus numerosas obras se cuentan figuras tan reconocidas como la del monumento de entrada principal del acuario Mundo Marino de San Clemente del Tuyú; las de Tierra Santa en Parque Norte, Buenos Aires; así como también la fabricación de una perra de 36 metros que se recorre por dentro para ver sus órganos y las funciones que cumplen. Esta imponente pieza se encuentra emplazada en Chapultepec, México.

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