Martes 27 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 29 > Sociedad
Emotivo cierre del ciclo lectivo en El Caín
La Escuela 173 reanudará clases en setiembre. Siete egresados de séptimo recibieron su diploma.

EL CAIN (AJ).- Con sencillo pero emotivo acto, la comunidad educativa de la Escuela 173 de El Caín celebró el cumpleaños 198 de la Patria y el cierre del año escolar.

La fiesta se realizó el viernes en el marco de la clausura del ciclo lectivo de las escuelas rurales que funcionan durante el período septiembre mayo y sirvió para despedir a siete egresados l.

El pequeño paraje El Caín está a unos 90 kilómetros al sur de Maquinchao en cercanías del Paralelo 42 y a más de 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Allí viven unas 300 personas cuya principal actividad económica es la ganadería ovina. En el centro del poblado se levanta la Escuela Hogar 173 "Gauchos de Guemes" a la que este año asistieron, entre pre escolar y séptimo grado, unos 60 alumnos. La mayoría proviene de familias de campesinos. Como toda escuela rural, la 173 concentra la mayoría de las actividades y es la que, de alguna manera, le da vida al paraje. Por eso nadie quiso perderse la fiesta y las instalaciones de la escuela lucieron colmadas. Es que a los lugareños se le sumaron visitantes que llegaron hasta El Caín a compartir el evento. El momento más emotivo se vivió cuando Malvina, Valentina, Natalia, Oscar, César, Andrés y Segundo recibieron el diploma de de egreso de séptimo grado.

El acto sirvió también para que los alumnos y docentes muestren los avances en los distintos talleres de expresión cultural que se pusieron en marcha en el marco de los proyectos "Gauchos de Guemes y su arte", a cargo de la docente de manualidades Cecilia Pérez y la peña "Raíces Patagónicas" que coordina Elizabeth Aranda.

Se descubrió un mural pintado en una pared de la escuela por alumnos de primero a séptimo grados y se le entregó otro al comisionado de Fomento, Hugo Melivilo, para que sea colocado en el acceso al paraje. Hubo un agradecimiento especial para la muralista Mariela Ancatel, quien brindó su apoyo y tiempo para que los alumnos pudieran pintar los murales.

Por su lado, luciendo nueva y colorida vestimenta, los niños de la peña deleitaron a los presentes con sus danzas y avances logrados en esta actividad que desarrollan desde hace dos años.

Cuando el día comenzaba a hacerse noche y el frío se intensificaba, los visitantes empezaron a irse y junto a ellos muchos de los niños que volvieron junto a sus familias para pasar las vacaciones. También los docentes -la mayoría llegados desde distintos puntos del país- emprendieron los viajes hacia sus lugares de origen. La escuela permanecerá cerrada hasta los primeros días de septiembre cuando se vuelva a escuchar la risa de los niños jugando en el patio y devolviéndole un poco de vida y alegría al pequeño paraje que se levanta al pie de la meseta de Somuncura.

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