Martes 27 de Mayo de 2008 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
Molesto por el acto, el gobierno le hizo al campo un desplante
Sigue su ofensiva de dividir a los rurales y agravó el conflicto. Las entidades piden explicaciones y hoy deciden medidas.

Cuando toda la expectativa se centró ayer en que se retomarían las negociaciones tras la masiva concentración en Rosario en favor del campo, el gobierno sorpresivamente canceló la reunión con las entidades prevista para debatir las retenciones. Lanzó durísimas críticas a los ruralistas y volvió a colocar el conflicto en un punto de máxima tensión e incertidumbre. ¿La estrategia oficial?; la de siempre: evitar el costo político, pasarle la presión a la dirigencia agraria e intentar dividirla.

Tal actitud estuvo lejos de la de tomar nota del imponente -histórico- acto del campo en Rosario.

La Mesa de Enlace de entidades ruralistas -es decir, las cuatro entidades unidas- decidieron pedirle explicaciones al gobierno por el desplante, expresar su desazón y repudio por la decisión oficial, pedirle paciencia a las bases que acrecentaron su malestar y decidir finalmente hoy cómo continuarán las medidas (ver aparte). De mantenerse como anoche la situación, la reacción más probable será la reanudación del paro agrario con probables cortes en las rutas (que ayer ya se insinuaron en forma intermitente)

En medio de una jornada cargada de rumores y operaciones políticas, el gobierno, a primera hora, acusó al campo de "romper el diálogo". Dejó trascender que "no negocia" en esas condiciones y que anunciaría en forma unilateral modificaciones al sistema de retenciones móviles.

Todos los medios capitalinos corrieron cerca de las 19 detrás de la presidenta Cristina Fernández a un acto oficial para escuchar ese supuesto anuncio. Pero quien cobró protagonismo allí fue el gobernador neuquino Jorge Sapag, por el anuncio de la construcción de una represa hidroeléctrica sobre el río Neuquén. Los hombres de prensa que fueron en busca del dato del día preguntaban despistados a los asistentes: "¿qué es esto de Chihuido?". El gobierno desorientó a los medios.

Durante el acto en la Casa de Neuquén, Cristina Kirchner volvió a ignorar el conflicto que hoy cumple 78 días y el mensaje de la multitud en Rosario. Cuando se aguardaba con expectativas las posibles palabras de la jefa del Estado, la mandataria no hizo ninguna referencia a la suspensión de la negociación. En su discurso llamó a "ser solidarios" sin

"enojarnos, sin agresiones, sin adjetivaciones". Luego de recordar "a la generación de Mayo", la presidenta insistió en que "es el ejemplo que debemos ejercitar, sin claudicaciones, sin enojarnos, sin agresiones, sin calificaciones, sin adjetivaciones".

El gobierno llegó a evaluar como "golpista" el contenido de algunos de los mensajes, en particular los de De Angelis y de Buzzi. A primera hora, Alberto Fernández, cuestionó en particular el tono de los discursos pronunciados ayer durante la multitudinaria concentración frente al Monumento a la Bandera. "Poco feliz". "No pensé que iba a ser un acto de frases tremendas, de llamados al paro, de amenazas. Volvieron a repetir que si no hacemos lo que ellos quieren vuelven al paro", se quejó el funcionario en declaraciones a la radio de Daniel Hadad. Y siguió: "Esto no es dialogar, esto es imponer condiciones. Fue un discurso demente, el domingo rompieron el dialogo", disparó. Fernández se mostró molesto con las críticas a la presidenta Cristina Kirchner. "No se le puede quitar legitimidad a quien la gente eligió libremente hace seis meses. Buzzi dice que el gobierno elegido por los argentinos es la la traba al desarrollo de la Argentina. Son enormidades", se quejó.

(Redacción Central/DyN)

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